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CIELO Y TIERRA - ¿QUIÉN DIJO QUE TODO ESTÁ PERDIDO?

Abandono de persona

30/09/08 - Por Oscar Taffetani

(APe).- Lo contrario de la solidaridad, se nos ocurre, es la insularidad: hombres y mujeres como islas, librados a su suerte, separados por un mar de prejuicios, leyes, temores, comodidades.

Cuando falta la solidaridad (hermana de aquella buena voluntad que preconizaba Kant), entonces falta todo. Cuando falta la solidaridad no es posible garantizar la continuidad del género humano.

¿Podemos entender a un maestro que piense que su responsabilidad termina en la puerta de la escuela?

¿Podemos entender a un médico que se preocupe más por llenar un formulario que por auscultar el dolor, el quejido o el mínimo suspiro del paciente?

¿Para qué sirve una escuela que expulsa, que se desprende del escolar, que lo des-escolariza?

Y el hospital, cuando no es hospitalario... ¿para qué sirve?

El Estado, una entidad supranatural que paga los sueldos de docentes, médicos, enfermeros, jueces y policías, debería volver a hacerse ciertas preguntas.

¿Quién mató a Emmanuel?

"Yo cuidé a mi hijo y afronté los costos del tratamiento", declaró Norma Almeida (33) a un periodista del diario El Territorio, al ser interrogada por la negligencia y abandono de persona que le costaron la vida a Emmanuel, el quinto y más pequeño de sus hijos.

El Hospital Samic de Eldorado tuvo al bebé de Norma internado 30 días, con un cuadro clínico desolador: desnutrición grave, meningitis, bronqueolitis, dermatitis, infección cutánea...

Al cabo de esos 30 días (donde cualquiera puede imaginar que el bebé seguía en situación crítica), el hospital dio el alta y mandó a la madre con el niño a su casa, no sin antes prescribir vitaminas, medicamentos y hasta una leche especial cuyo costo -declaró Norma- era de $45 por lata.

¿Pensaba el hospital (o los funcionarios del hospital) que en el nido de pobreza donde se gestó Emmanuel había recursos para comprar las vitaminas, los medicamentos, la leche especial de 45 pesos?

Como era de prever, Norma dejó a Emmanuel y a sus cuatro hermanitos al cuidado de una hermana, también madre, que vivía (o sobrevivía) en Panambí, y viajó a Entre Ríos a trabajar, para poder pagar los alimentos de todos y los remedios para Emmanuel.

Fue en esa situación cuando se produjo la muerte de Emmanuel. Al enterarse de la noticia, el Hospital Samic, por iniciativa del subdirector Julio Antueno, se apresuró a denunciar a Norma por "abandono de persona".

Ahora, un estrado judicial, el Juzgado de Instrucción número 1 a cargo del juez Horacio Saldaña, es el escenario en donde continúa, de manera absurda, la tragedia de Norma Almeida y de sus hijos.

Acusadores de papel

La nota publicada en El Territorio recuerda que en febrero de 2005 un tribunal de Oberá condenó a cuatro años de cárcel de cumplimiento efectivo a una chica de 23 años por haber dejado "en total estado de abandono" a dos de sus hijas.

También menciona el caso de Librada Figueredo, joven mujer de Puerto Iguazú que fue encarcelada en 2002, luego de que dos de sus hijos murieran por desnutrición. Dos años después, un Tribunal Penal absolvió a la acusada. (No consta en el expediente que se le haya devuelto la parte de su vida arrebatada).

"Más de 1.500 niños de bajo peso -termina la nota de El Territorio- viven actualmente en Eldorado, según registros de los centros de atención primaria de la salud de este año. La falta de compromiso de los padres en los controles, las constantes migraciones internas de la población, las demoras en la distribución de la leche de los programas, mamás muy jóvenes y mal alimentadas y hábitos alimentarios fuertemente arraigados son algunas de las causas que enumeran los responsables de los centros de salud..."

Es notable que los periodistas, acompañando dóciles la mirada y la opinión de los funcionarios, señalen con el dedo acusador a esas "madres-monstruo" capaces de "abandonar" a sus hijos, sin advertir que esas madres y esos padres han sido abandonados antes, mucho antes, por un Estado que no cumplió con sus deberes.

Para ese abandono de persona no hay justicia, en esta tierra.

Fuente: Agencia del Movimiento Nacional Los Chicos Del Pueblo

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