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ROPA PARA CAMBIAR AL MUNDO

Rotas cadenas

No Chains, una marca que lucha contra el trabajo esclavo

Jueves 8 de julio de 2010 | Publicado en edición impresa de La Nación

Un mundo sin esclavos . No a las empresas textiles que usan mano de obra esclava. Con esta consigna, la firma No Chains (Sin Cadenas) se lanzó como una marca global que lucha contra la explotación laboral. Una iniciativa inédita de dos cooperativas textiles: Mundo Alameda, con sede en la Argentina, y Dignity Returns, de Tailandia, que valorizan la autogestión, la economía solidaria y el trabajo decente.

En un clima festivo, a pesar de las constantes interrupciones de la videoconferencia con Tailandia -padecía un temporal en el momento de la conexión-, a las adhesiones enviadas por fundaciones y funcionarios se sumó, en persona, el cardenal Jorge Bergoglio. Y en ese momento comenzó la presentación en Buenos Aires, hace unas semanas.

Luciendo una remera con un código de barras, una mujer llevaba encadenados a trabajadores cuyas remeras exhibían logos de marcas importantes del mercado. A medida que la locutora mencionaba los nombres de los diseñadores elegidos para hacer las nuevas remeras, los trabajadores soltaban las cadenas, arrancaban esos logos y dejaban al descubierto los diseños de No Chains. Cinco modelos de remeras con dibujos alusivos a la liberación (cadenas abiertas, esposas rotas, por ejemplo) de diseñadores seleccionados por las cooperativas en un concurso abierto al que se presentaron participantes de todo el mundo.

Juyoung Park (Corea del Sur), Yan Yan Chan-Hong (Hong Kong, China), Setu Lagi (Indonesia), Vassil T. Vassilev (Estados Unidos) y los argentinos Mabel y Gastón Fernández fueron elegidos por votación simultánea entre las dos cooperativas. "A las esposas rotas sumé la palabra aequitas, que significa igualdad, libertad. Una forma de reforzar el concepto de lo que queremos transmitir", comentó Fernández.

Dignidad, ante todo

Lo novedoso de No Chains: la mutua curiosidad de los trabajadores asiáticos y argentinos por conocer de qué manera se podía seguir trabajando dignamente, tras una crisis económica. "Sabíamos cómo las grandes marcas de indumentaria habían explotado durante la década del 90 a los trabajadores textiles de los países del sudeste asiático. Por eso, quisimos conocer cómo había sido la historia de resistencia que habían trazado", contó Gustavo Vera, titular de La Alameda.

La sorpresa fue que los trabajadores tailandeses también querían conocer cómo había sido la experiencia de recuperación del empleo, mediante la formación de cooperativas, vivida por los empleados textiles argentinos después de la crisis. "Nos cruzamos por primera vez en un congreso de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) celebrado en Perú, en diciembre de 2008, y los objetivos eran coincidentes: recuperar la dignidad del trabajo textil perdida tras constantes prácticas esclavistas aplicadas por empresas del sector durante muchos años", destacó Vera.

En marzo de 2009 se volvieron a cruzar en la reunión del Centro de Monitoreo de Recursos Laborales, Bangkok, "una entidad que brinda apoyo a las organizaciones sindicales". En ese encuentro, los argentinos expusieron su experiencia en la crisis de 2001 y le dieron forma a la idea de generar conciencia sobre la necesidad de luchar contra el trabajo esclavo y la puesta en marcha de una marca global que uniera a ambas cooperativas

Para dar cuenta de lo que significa el trabajo esclavo, tras las palabras de Vera llegaron los testimonios de dos mujeres que durante más de diez años trabajaron en condiciones infrahumanas. Jornadas de más de 16 horas por 100 pesos mensuales; 4 pesos por camperas que luego se venden en el mercado a más de 800; poca y mala calidad de alimentación, y falta de obra social son algunas de las constantes en los talleres clandestinos.

Entre las dos cooperativas hay en total 30 trabajadores involucrados directamente en la confección de las prendas; las ganancias obtenidas serán repartidas en partes iguales entre las dos.

El objetivo no es comercial, se apunta a generar conciencia en trabajadores y consumidores sobre la necesidad de terminar con el trabajo esclavo.

Además, ambas cooperativas acordaron reinvertir parte de los excedentes en nuevos proyectos "para armar una red en el nivel mundial contra la explotación laboral".

La iniciativa recibió hace poco el respaldo del Estado, a través de un subsidio de comercialización otorgado por el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación.

Las remeras se venderán a 15 dólares, aunque habrá descuentos para sindicatos. En nuestro país, se podrán adquirir en la sede de La Alameda (Directorio 3998), el Mercado de Economía Solidaria (Bonpland 1660), la Cooperativa La Vaca (Hipólito Yrigoyen 1440), el Espacio Lacandona (Castillo 460), la galería Bond Street (local 73, 1° piso). Más información, http: /www.nochains.org/.

Por Andrea Salgueiro

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