Bush vetó un freno al polémico Submarino
Se lo considera una tortura. Es un método de interrogatorio
Domingo 9 de marzo de 2008
WASHINGTON.- El presidente de los Estados Unidos, George W. Bush, vetó ayer un proyecto de ley, aprobado por el Congreso, que prohibía a los agentes de inteligencia de ese país usar el ahogamiento simulado y otros controvertidos métodos para la interrogación de presuntos terroristas.
Considerados por los organismos de derechos humanos como una tortura, Bush aseguró que el uso de estas técnicas es "una de las herramientas más valiosas en la guerra contra el terrorismo".
En su mensaje radiofónico semanal, que se difundió ayer, Bush dijo que el sistema de interrogación de la CIA sirvió para obtener información "crítica" para evitar una serie de ataques.
"El programa nos ayudó a detener un complot para atacar un campo de la infantería de marina de Estados Unidos en Djibouti, un ataque planeado contra el consulado estadounidense en Karachi, un complot para secuestrar un avión de pasajeros y estrellarlo contra la torre de la biblioteca en Los Angeles y un complot para chocar aviones de pasajeros contra el aeropuerto de Heathrow o contra edificios en el centro de Londres", afirmó el mandatario.
Y añadió: "La razón principal por la cual este programa ha sido eficaz es que le permite a la CIA utilizar procedimientos especializados de interrogación para hacerle preguntas a un número pequeño de los terroristas más peligrosos bajo supervisión cuidadosa".
El ahogamiento simulado, o "submarino" -uno de los métodos incluidos en el proyecto desaprobado- consiste en sumergir en agua a los detenidos hasta sofocarlos y, poco antes de que puedan resultar seriamente afectados por la falta de respiración, retirarlos del agua y someterlos a interrogatorios. La iniciativa hubiera permitido que se utilizaran sólo los 19 procedimientos avalados para los interrogatorios militares.
La técnica fue utilizada contra tres sospechosos capturados después de los ataques del 11 de Septiembre, según informó el mes pasado al Congreso el director de la CIA, Michael Hayden.
El Congreso había enviado a Bush el proyecto de ley sobre nuevos límites a las técnicas de interrogación de los servicios de inteligencia hace un mes, pese a las advertencias del Gobierno de que esa medida sería rechazada.
Al redactar la legislación, sus partidarios dijeron que el objetivo era equilibrar las técnicas de interrogación de la CIA con el manual de campo del ejército de Estados Unidos, que prohíbe el ahogamiento simulado y otros métodos controvertidos.
Pero Bush estimó que las técnicas de ese manual fueron diseñadas para que los soldados interrogaran a combatientes legítimos capturados en el campo de batalla, y no "para profesionales de inteligencia específicamente entrenados para interrogar a terroristas empedernidos".
La ley, que había sido aprobada por el Senado y por la Cámara de Representantes en votaciones divididas, no llegó a reunir los votos suficientes para desautorizar el veto presidencial.
"El veto del presidente Bush será uno de los actos más vergonzosos de su presidencia", había afirmado el senador Edward Kennedy, que apoyó la ley para prohibir el ahogamiento simulado.
Agencias Reuters, EFE, ANSA
Considerados por los organismos de derechos humanos como una tortura, Bush aseguró que el uso de estas técnicas es "una de las herramientas más valiosas en la guerra contra el terrorismo".
En su mensaje radiofónico semanal, que se difundió ayer, Bush dijo que el sistema de interrogación de la CIA sirvió para obtener información "crítica" para evitar una serie de ataques.
"El programa nos ayudó a detener un complot para atacar un campo de la infantería de marina de Estados Unidos en Djibouti, un ataque planeado contra el consulado estadounidense en Karachi, un complot para secuestrar un avión de pasajeros y estrellarlo contra la torre de la biblioteca en Los Angeles y un complot para chocar aviones de pasajeros contra el aeropuerto de Heathrow o contra edificios en el centro de Londres", afirmó el mandatario.
Y añadió: "La razón principal por la cual este programa ha sido eficaz es que le permite a la CIA utilizar procedimientos especializados de interrogación para hacerle preguntas a un número pequeño de los terroristas más peligrosos bajo supervisión cuidadosa".
El ahogamiento simulado, o "submarino" -uno de los métodos incluidos en el proyecto desaprobado- consiste en sumergir en agua a los detenidos hasta sofocarlos y, poco antes de que puedan resultar seriamente afectados por la falta de respiración, retirarlos del agua y someterlos a interrogatorios. La iniciativa hubiera permitido que se utilizaran sólo los 19 procedimientos avalados para los interrogatorios militares.
La técnica fue utilizada contra tres sospechosos capturados después de los ataques del 11 de Septiembre, según informó el mes pasado al Congreso el director de la CIA, Michael Hayden.
El Congreso había enviado a Bush el proyecto de ley sobre nuevos límites a las técnicas de interrogación de los servicios de inteligencia hace un mes, pese a las advertencias del Gobierno de que esa medida sería rechazada.
Al redactar la legislación, sus partidarios dijeron que el objetivo era equilibrar las técnicas de interrogación de la CIA con el manual de campo del ejército de Estados Unidos, que prohíbe el ahogamiento simulado y otros métodos controvertidos.
Pero Bush estimó que las técnicas de ese manual fueron diseñadas para que los soldados interrogaran a combatientes legítimos capturados en el campo de batalla, y no "para profesionales de inteligencia específicamente entrenados para interrogar a terroristas empedernidos".
La ley, que había sido aprobada por el Senado y por la Cámara de Representantes en votaciones divididas, no llegó a reunir los votos suficientes para desautorizar el veto presidencial.
"El veto del presidente Bush será uno de los actos más vergonzosos de su presidencia", había afirmado el senador Edward Kennedy, que apoyó la ley para prohibir el ahogamiento simulado.
Agencias Reuters, EFE, ANSA
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