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CIELO Y TIERRA - ¿QUIÉN DIJO QUE TODO ESTÁ PERDIDO?

Crisis Mundial de Alimentos

“Un silencioso tsunami está barriendo el mundo sin reconocer fronteras” es la frase que utilizó el jefe del Programa de Alimentación de las Naciones Unidas para describir la crisis alimentaria global que ha empujado más de 100 millones de personas a la pobreza en los últimos meses. Además de provocar la caída del gobierno de Haití y provocar grandes enfrentamientos en Camerún, Indonesia y Egipto (entre otros) se ha convertido en una peligrosa amenaza a la paz mundial.

Son muchas las voces de altas personalidades mundiales que sehan hecho oir en las últimas semanas por la crisis de los alimentos. El primer Ministro de Gran Bretaña, Gordon Brown, ha reconocido que “enfrentar el problema del hambre es un desafío moral para el mundo,pero también es un desafío para la estabilidad política de las naciones”.

La Organización Mundial de la Salud ha comenzado a considerar al hambre como la primer amenaza a la salud en el planeta, responsable del 30% de los casos de mortalidad infantil y del 10% del total de muertes actuales. El Director de la Organización Mundial de Comercio, Pascal Lamy, señaló que “las mejoras en la agricultura deben recolocarse en el centro de la ayuda al desarrollo para los tiempos por venir. Pero es un tema complejo que no puede resolverse de un día para el otro”. En particular ha habido gran coincidencia en que se necesita mejorar la situación de los pequeños agricultores. Pero los mismos necesitan asistencia para poder adquirir tierras de buena calidad, mejores equipos y elementos de trabajo,sistemas de trabajo más eficientes, mayores inversiones para mejorar los accesos a sus campos y apoyo en sistemas de transporte más modernos.

La crisis ha puesto en el centro del debate el modo de funcionamiento del sistema de producción de alimentos, ya que el mismo está marcadamente orientado al mercado y deja muchas deudas sociales y ambientales sin atender. En particular, se ha tomado rápidamente conciencia que el problema no es únicamente de alimentos, sino un problema combinado que abarca el aumento de la población, la provisión de energía, el cuidado de la biodiversidad y la escasez de tierras, alimentos y agua.

Posiblemente, estos elementos pasen a ser las nuevas fuentes de conflicto de los tiempos por venir.

La reacción de las personas y los gobiernos ante la escasez ha agravado la situación, ya que éstos comenzaron a stockear alimentos, los especuladores comenzaron a comprar reservas para cuando aumentaran los precios y algunos países instrumentaron controles a las exportaciones para guardar recursos para sus habitantes o mantener bajos los precios en el mercado interior. Junto con Argentina, Ucrania colocó restricciones a las exportaciones de cereales. En el caso particular del arroz, Brasil, India, China, Vietnam y Egypto pusieron límites a sus ventas externas. Incluso en EE.UU. dos grandes cadenas de supermercados limitaron las ventas de arroz por persona a un máximo diario.

Una de las causas:

No parece haber sido acertada la política de promover la producción de biocombustibles para el conjunto del planeta. La excusa de que la conversión de granos en energía iba a

traer alivio a la escasez energética, en realidad estaba ocultando los intereses de las grandes corporaciones de alimentos, de los productos usuarios de combustibles fósiles y de las asociaciones de agricultores de los países desarrollados para garantizar la subsistencia de un estado de situación, ya en crisis. Sin dudas, la solución fue muy grave a nivel global. El Premier Ministro inglés, Gordon Brown, declaró que debía reverse la política europea de apoyo a los biocombustibles y darse marcha atrás si se llegaban a encontrar evidencias de que ésta era una de las causas del aumento del precio de los alimentos.

Los más dagnificados serán los de menores recursos que no podrán atenerse a la suba de precios derivada por la escasez ocasionada por la suba de la demanda de granos alimenticia y energética, para producir biocombustibles.

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