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Política Internacional

Brasil quiere dotarse de seis submarinos para 2047

RIO DE JANEIRO (AFP) - Brasil quiere dotarse de seis submarinos nucleares y otros 20 convencionales para 2047, para proteger sus gigantescas reservas de petróleo en aguas profundas, informó el diario O Estado de Sao Paulo.

El costo estimado de cada submarino de propulsión nuclear es de 550 millones de euros. De los 20 comunes, 15 serán nuevos y cinco modernizados.

La Marina brasileña tendrá entonces la mayor fuerza de disuasión de América del Sur, según el diario.

Brasil ya compró cuatro submarinos convencionales y uno de propulsión nuclear en el marco del Programa de Desarrollo Submarino (ProSub), firmado con Francia en 2009.

El primer submarino atómico costará 2.000 millones de euros, pero incluye la transferencia de tecnología del constructor naval francés DCNS. Para los demás, el costo será el de construcción en la nueva planta en Itaguaí, 80 km al suroeste de Rio de Janeiro.

Publicado por El Observador Global

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ANTONIO CAÑO | Washington 03/11/2010 - El País

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La crisis global es cada día más peligrosa

Un mundo al rojo vivo
La debacle financiera, energética y climática alcanzó esta semana picos de gravedad que aumentan la probabilidad peligrosos enfrentamientos. La presidenta argentina se los dijo en la cara.
Por Diego Ghersi | Desde la Redacción de APM
Los que enseñan historia suelen sostener que de las crisis económicas se sale con una guerra y les basta citar un solo ejemplo: la Gran Depresión derivada del “Crack de 1929” fue el origen de la Segunda Guerra Mundial.

En los últimos días muchas son las señales que podrían pasar desapercibidas desde el marco de la información mosaico –inconexa- que los medios de prensa “independientes” y hegemónicos, distribuyen en forma constante entre millones a de personas en todo el mundo.

Encadenar esos hechos aislados requiere imaginación y esfuerzo. Aún así hay que intentarlo.

Considerando que las piezas del rompecabezas se han hechos visibles en el último mes, cabe preguntarse si las sociedades opulentas están preparadas para soportar que la presidenta de la “tercermundista” Argentina cruce dialécticamente al primer mandatario francés y deje al descubierto que las metodologías anticrisis que se intentan imponer en Europa están equivocadas.

Si a los europeos les costaba antes digerir a la Argentina en el G-20, si lo toleraban por dar una imagen plural del organismo, es probable que ahora, sería oportuno que comiencen a aceptar que fue Cristina Fernández quien esta vez intento abrirle lo ojos.

Agreguemos a esto que las naciones de la Unión Europea se quejan –con un rostro tan pétreo que causa casi vergüenza ajena- de que el MERCOSUR impone barreras a sus productos, y olvidan que durante décadas han ignorado – hoy mismo lo hacen- los pedidos sudamericanos de interrumpir las subvenciones a sus propios productos agrícolas.

La cuestión de fondo es que Europa necesita colocar en Sudamérica sus saldos exportables. De esa forma se mantendría el pleno empleo y el ingreso de divisas a costa de la desocupación y el endeudamiento de buena parte de América Latina. En otras palabras se trata de exportar la crisis enviándola lo más lejos que se pueda.
También cabría interrogarse acerca de si Washington está preparado para admitir que un país emergente como Brasil abogue por el diálogo a favor del desarrollo nuclear pacífico de Irán; encuentre alternativas viables acercándose a Turquía; deje en ridículo a la diplomacia estadounidense y proponga la igualdad de derechos de las naciones para ensayar con tecnologías de avanzada.

O si la Casa Blanca está dispuesta a soportar que un mandatario “simpático” como Luiz Inacio Da Silva cometa el sacrilegio de decir al éter que “la única manera de garantizar la paz es que todos destruyan sus arsenales nucleares”.

La respuesta a la movida turco-brasileña llegó desde el Consejo de Seguridad de la ONU, con la aprobación de más sanciones para Irán.

La medida involucra la revisión de buques de esa bandera en aguas internacionales por fuerzas navales de Estados Unidos. Toda una provocación surgida de un verdadero cachetazo a lo que menos parece interesar: la resolución de conflictos por medios diplomáticos. ¿Está decidida ya la caída del gobierno Iraní?

Frente a ello, Teherán reaccionó al instante. El comandante de la Armada del cuerpo elite de los Guardianes de la Revolución Islámica, general Ali Fadavi, advirtió de que si Estados Unidos y sus aliados inspeccionan a los barcos iraníes en aguas internacionales, "recibirán una respuesta adecuada en el golfo Pérsico y el estrecho de Ormuz". Entiéndase que puede reemplazarse libremente “respuesta adecuada” por “lluvia de plomo” sin cambiar un ápice el sentido de la frase entera.

Acoplado con esta situación habría que considerar otra noticia que en los últimos días tuvo muy poca trascendencia: el gobierno turco prohibió a Israel el uso de su espacio aéreo para vuelos militares o, lo que es lo mismo, privó a Tel Aviv de un posible corredor de ataque indirecto a las plantas de desarrollo nuclear iraní.

La relación entre ambos países viene muy resentida desde el sangriento abordaje de un buque humanitario turco con destino a la Franja de Gaza –territorio sitiado por Israel-, por parte de marinos israelíes.

Todas las acciones citadas son maniobras hacia posiciones relativas favorables con vistas a un escenario bélico en construcción cuyo epicentro es, sin duda, el gobierno de Teherán.

Sin embargo, y a diferencia de la invasión a Irak del año 2003, un ataque a Irán está privado de justificaciones por una doble inhibición.

En primer lugar se trata de un gobierno iraní democrático y, en segundo, no cuenta con “probadas” reservas de armas de destrucción masiva -en este caso de carácter nuclear-, lo que obligaría a utilizar nuevamente la mentira de asegurar sin pruebas su existencia, repitiendo así el escandaloso “affaire” armas químicas de Irak.
No solo eso. A diferencia de un inflexible Irak de preguerra, Teherán demostró ser permeable a iniciativas más justas, como la pergeñada por la dupla Ankara-Brasilia, abortada por el Consejo de Seguridad de la ONU.

Hasta aquí, todos estos elementos permiten aproximar la idea de que la hegemonía -tal cual se daba desde la Segunda Guerra Mundial- está resquebrajándose a pasos agigantados.

El multilateralismo -tolerado en las Cumbres como teoría discursiva- difícilmente es digerido en las prácticas y las acciones proviolencia ganan por varios cuerpos a las alternativas diplomáticas.

Las explicaciones son distintas para los diferentes actores.

Mientras que un ataque a Irán sería para Israel una cuestión de “supervivencia”; para Estados Unidos es una cuestión ligada a la energía, por el control del petróleo iraní, y también económica, por la continuidad de los negocios de su desmesurado aparato militar industrial.

Por su parte, para la UE la cuestión pasa también por la energía, dado que actualmente depende de los envíos de gas y petróleo que circulan por territorio ruso y por ende su continuidad queda inadmisiblemente supeditada al buen o mal humor de Moscú.
La locura probélica puede comprobarse también en otras latitudes.

En efecto, los pueriles intentos de la Casa Blanca para lograr el reconocimiento latinoamericano de un “Gobierno Hondureño” - tal cosa significaría convalidar una nueva técnica de golpe de Estado-, pone en evidencia las contradicciones discursivas de Washington. Si por un lado se aboga por más “Freedom & Democracy” no se puede por otro amparar internacionalmente a golpistas.

La actitud de la Casa Blanca en el caso hondureño acrecienta la brecha que separa a Estados Unidos del resto de América, ya bastante grande desde el asentamiento de fuerzas militares de ese país en bases cedidas por Colombia y la correspondiente militarización de la región.

Más lejos aún hay que mencionar la tensión creciente en la península coreana, donde parece reflotarse un enfrentamiento de la Guerra Fría, que disimula una puja sino-rusa –estadounidense con vistas al control hegemónico mundial a mediano –casi corto- plazo.

Pero la crisis no es solo de dinero, ni sólo de energía sino que también es del ecosistema y, en ese sentido, la noticia silenciada de esta semana es que una proyección hipotética de la deriva del derrame en el Golfo de México –en caso de no poder controlarse próximamente- supone a la mancha de crudo esparciéndose por amplias extensiones del Atlántico Norte y bañando las costas de Europa, desde la península Escandinava hasta Gibraltar.

Si bien este es un escenario extremo, cierto es también que nadie tiene idea del caudal vertido y menos aún de cómo detenerlo. No resulta menos catastrófico lo que ya es una realidad: el derrame ya afecta a Cuba y plantea a Washington un conflicto internacional de difícil resolución. Y cada minuto ese problema se agrava más y más.

La figura que aparece uniendo las piezas examinadas del rompecabezas es digna de un relato de ciencia ficción: países que no encuentran mecanismos de acuerdo jugando con armas de masivo poder destructivo, mientras medio planeta se desangra y produce la mayor catástrofe ecológica de la historia humana.

INMUNIDAD CERO PARA LA DOCTRINA DE LA FE

- A primera vista, parece un acto de justicia, sin embargo, analizando de dónde viene, no podemos olvidar que se trata de un país que exige INMUNIDAD para sus MARINES en todo el mundo, que invade países sin descaro, (actualmente ha provocado y participa en conflictos armados en 75 países) y tiene intereses particulares en los que la Iglesia tal vez esté perturbando sus planes. En síntesis, se trata de un imperio que maneja la inmunidad y la impunidad como sinónimos absolutos, tan absolutos como su despiadada depredación.
Lic. Claudia Santalla

No tendrán inmunidad los sacerdotes en EE.UU.

Ver Nota completa del diario La Nación

HONDURAS: A 1 AÑO DEL DERROCAMIENTO

AmericaLatina,EE.UU

Un año del golpe en Honduras

El recurso del método

Honduras está sumida en su peor crisis a un año del golpe de Estado

Con un gobierno débil que no logra el reconocimiento de la comunidad internacional y no ha puesto un freno a la violación de los derechos humanos y la impunidad, Honduras llega este lunes a un año del golpe de Estado contra el presidente constitucional de esa nación centroamericana, Manuel Zelaya. Aún persiste la crisis política, económica y social, mientras el país se hunde más en la pobreza.

Sumida en una crisis de derechos humanos y con una creciente convicción de que la convocatoria a una Asamblea Constituyente permitiría salir del conflicto político y social en el que se encuentra la nación, Honduras conmemora este lunes un año del golpe de Estado que sacó del poder al presidente constitucional de ese país centroamericano, Manuel Zelaya.

La crisis política, económica y social en Honduras continúa y hace figurar a la nación como las más atrasada del continente, detrás de Haití, como más de 70 por ciento pobreza respecto a su población.

Cuando el entonces presidente Zelaya convocó a un consulta popular para el 28 de junio de 2009, para conocer la opinión de la ciudadanía en torno a futuras reformas constitucionales, militares encapuchados, en contubernio con la oligarquía, perpetraron un golpe de Estado en su contra.

La Carta Magna hondureña, aprobada en 1982 bajo la tutela de una dictadura, no responde a los intereses de las mayorías y contiene siete artículos pétreos que impiden realizar cambios respecto a la forma de gobierno y distribución de los recursos.

Zelaya responsabilizó por la asonada a una élite que maneja política y económicamente a Honduras, y se opone a cualquier modificación a la Constitución que afecte sus intereses.

El régimen de facto encabezado por Roberto Micheletti, que usurpó el poder, desató una brutal represión contra los opositores, suspendió las garantías constitucionales y clausuró y militarizó medios de prensa.

Durante los seis meses de dictadura de Micheletti se registraron unas cuatro mil 200 violaciones a los derechos humanos, más de 40 miembros de la resistencia antigolpista fueron asesinados, cinco jóvenes masacrados en marchas pacíficas y hubo más de tres mil detenciones.

En un intento por legitimar la asonada, el régimen convocó a elecciones el pasado 29 de noviembre y dos meses después asumió el poder Porfirio Lobo, del Partido Nacional.

Pero el gobierno nacido bajo el golpe de Estado es débil, enfrenta una creciente ingobernabilidad, una ola de violencia sin precedentes y aún no ha sido reconocido por muchos países, sobre todo de América Latina.

Desde la toma de posesión de Lobo, las organizaciones sociales registraron más de 700 agresiones por motivos políticos, entre ellas los asesinatos de 12 dirigentes populares y nueve periodistas.

En el Gobierno de Lobo prevalece el clima de impunidad, los autores del golpe no han sido castigados y muchos de sus protagonistas ocupan actualmente puestos clave en instituciones civiles.

La ruptura institucional ha hecho retroceder al país a los peores años de las dictaduras de la segunda mitad del siglo pasado, pero también colocó con fuerza a un nuevo actor en la vida hondureña, el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP).

El FNRP sobrevivió a la represión, a los toques de queda, al hostigamiento contra sus líderes y realiza marchas en todos los departamentos para recoger un millón 200 mil firmas para reclamar el retorno de Zelaya y la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente.

"Ha sido un año de lucha, de protestas y de rechazo al golpe de Estado y un año de sufrimiento de la resistencia, pero a la vez es el surgimiento de la unidad popular", dijo Juan Barahona, coordinador nacional del FNRP.

La principal bandera del FNRP es lograr una carta magna inclusiva, para el pueblo, que permita corregir las enormes desigualdades sociales.

"La lucha del frente es la misma por la que Zelaya fue derrocado", precisó Barahona y añadió que el propósito es redactar una nueva constitución para hacer los cambios políticos, económicos y sociales que el país necesita y proyectar a Honduras hacia el futuro.

teleSUR-Agencias/MFD

Lobo califica de ''empujoncito'' golpe de Estado y acusa a Zelaya de ''abuso'' de poder

Para Lobo el derrocamiento de Zelaya fue un ''empujoncito'', un ''golpecito'' y no fue fortuito, sino que en el país había ya un clima de ''confrontación''. Se mostró convencido de que la verdadera intención de Zelaya era perpetuarse en el poder.

El presidente de Honduras, Porfirio Lobo, calificó el golpe de Estado contra el ex presidente constitucional Manuel Zelaya, como un "empujoncito" y aseguró que nadie lo convencerá de que la verdadera intención del derrocado gobernante era perpetuarse en el poder, algo que calificó como un "abuso" de autoridad.

"Puede ser un empujoncito, o golpecito como le llamen pero ahí hubo una ruptura de alguna forma de lo que pudo, de lo que la democracia debería tener como seguro", dijo Lobo en una entrevista exclusiva concedida a la enviada especial de teleSUR, Madelein García.

Al ser cuestionado sobre la posibilidad de que la Comisión de la Verdad, recién conformada el mayo pasado, concluya que sí hubo una ruptura del orden constitucional aquel 28 de junio de 2009, Porfirio Lobo explicó que lo más importante no es determinar si hubo o no un golpe de Estado, sino evaluar los aspectos previos que desencadenaron la crisis que concluyó con la instalación por siete meses de un gobierno de facto, porque "no surge de la nada" .

"Ahí el tema no es la discusión de si es un golpe o no es un golpe es más un tema de conceptos y como le digo, es un tema que genera a veces muchas confrontaciones porque yo dije que era un golpe aquí y se vino el mundo encima, a mi no me importa pues, aquí el problema es: sea lo que sea la crisis no surge de la nada", dijo e insistió en que Zelaya quería prolongar su mandato y que "abusó al extremo" de su poder.

"La verdad es que el amigo de atrás, el amigo Zelaya abusó del poder, abusó al extremo, y yo le garantizo a Ud. que él se quería quedar, y no hay nada que me lo saque de la cabeza", declaró.

Para el dignatario centroamericano, la verdadera importancia del informe de la Comisión de la Verdad es que será una "narración de los hechos" antes, durante y después del 28 de junio, y que hará las recomendaciones para que "lo que pasó el 28 no se vuelva a repetir".

"Entonces la Comisión de la Verdad es importante porque va a narrar los hechos antes del 28, el 28, después del 28, y la Comisión nos va a decir: mire consideramos que estas reformas deben de hacerse para garantizar que lo que pasó el 28 no se vuelva a repetir.

La madrugada del 28 de junio de 2009, un comando de militares encapuchados irrumpieron en la vivienda de Zelaya, lo secuestraron y trasladaron en un avión a la vecina Costa Rica, a donde llegó sin nada más que su ropa de cama.

Porfirio Lobo se mostró en desacuerdo con lo que le sucedió a Zelaya y las con las sanciones internacionales originadas del golpe, pues con ellas han pagado los inocentes.

"No estoy de acuerdo, ni con Zelaya, ni con lo que le pasó a Zelaya, como con nadie, yo creo que nadie aquí, quizás, algunas excepciones que tenemos pudieran desear que sucediera lo que pasó. ¿Y sabe por qué?. Porque de estas crisis el que paga es el que es totalmente inocente. No es a Pepe Lobo a quien tienen bloqueado, yo soy el presidente de Honduras, al que bloquean es a un pueblo que no tiene ninguna responsabilidad de las crisis políticas", opinó.

Además negó rotundamente que su administración sea ilegítima. "Ahora, que se diga que este Gobierno es ilegítimo, que surge de un golpe de Estado, eso no es cierto, no es correcto y están equivocados. Este Gobierno surge de la voluntad del pueblo hondureño expresado en las urnas tal como lo señala nuestra Constitución y las leyes".

Zelaya puede volver en libertad

MALVINAS BUSCA SOCIO - BRASIL DIJO "NO"

Brasil dejó muy clara su postura por el avance petrolero inglés en Malvinas
Sin pudor alguno, el “gobierno isleño” hizo públicas las intenciones de gestionar apoyo brasileño para su proyecto de explotación petrolera en el Atlántico Sur. Un fracaso que a Londres le cuesta muy caro.

El gobierno de Lula apoya a la Argentina en su reclamo por la soberanía de las islas
Foto: Archivo
Por Diego Ghersi | Desde la Redacción de APM
Con mucho asombro Latinoamérica recibió esta semana la noticia de que el gobierno británico de las Islas Malvinas intentaría negociar el apoyo de Brasil para agilizar el abastecimiento que requieren las tareas de explotación petrolera en aguas del archipiélago.


El integrante y portavoz de la Asamblea Legislativa de las islas, Glen Ross, manifestó a un diario brasileño que la necesidad de abastecer a la plataforma de petróleo “Ocean Guardian” generaba la búsqueda de opciones de negocios con Brasil.

Desde el concepto de que las islas son “un país democrático que depende del Reino Unido sólo para cuestiones de defensa”, Ross intentó resaltar la vocación de “buena vecindad” que Puerto Stanley pretende hacia el resto de Latinoamérica.

Las declaraciones del funcionario fueron sorpresivas porque resultaron ajenas al contexto de alineamiento latinoamericano con las reivindicaciones de soberanía impulsadas desde Buenos Aires. En ese marco era evidente que las intenciones isleñas serían rechazadas por Brasil, como efectivamente ocurrió casi sin demora

Sólo por citar un ejemplo reciente, en la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) -reunida en Lima hace menos de un mes- fue el vicecanciller de Brasil, Antonio Patriota, quien leyó la declaración sobre la Cuestión de las Islas Malvinas, posteriormente aprobada y aclamada en forma unánime por los 33 países asistentes, incluido Estados Unidos.

Y antes aún, en la Cumbre Latinoamericana -efectuada en febrero de este año en Cancún- fue el presidente brasileño Luiz Inácio Da Silva quién expresara el apoyo más enérgico en favor del reclamo argentino por la soberanía del archipiélago, condenando simultáneamente a las políticas del Reino Unido.

Sin embargo y más allá de la sorpresiva jugada de la Asamblea isleña, la ansiedad de Puerto Stanley por conseguir “acuerdos de negocios” con algún “vecino solidario” de la región tiene fundamentos bastante economicistas y, a la vez, pone de relieve la exitosa política de “estrangulamiento logístico” llevada adelante por la administración de la presidenta Cristina Fernández.

Y es que al gobierno de Londres le estaría resultando bastante oneroso mantener su pretendida soberanía en el Atlántico Sur.

En primer lugar, los británicos sostienen en las Islas una costosísima y sobredimensionada base militar -Mount Pleasant- cuya única misión es defender al archipiélago de un supuesto “ataque argentino” que, por millones de razones, no llegará nunca.

En segundo lugar, el solitario intento británico de explotación petrolífera en aguas del Atlántico Sur no es un emprendimiento barato. Las razones se comprenden mejor ahora, cuando se ha dado a conocer públicamente que el desastre ecológico producido por una plataforma similar en el Golfo de México pudo haberse evitado con una inversión previa que los “ahorrativos” ejecutivos de British Petroleum (BP) se negaron a efectuar en su momento.

Frente a este dispendio, la estrategia argentina de la presidenta Fernández ha consistido en bloquear cualquier tipo de asistencia económica al proceso exploratorio de hidrocarburos en la plataforma malvinense.

En esa estrategia, obtener la solidaridad de los países -Latinoamericanos en general y vecinos en particular- ha resultado crucial para el bloqueo del negocio petrolero impulsado por Puerto Stanley y respaldado desde Londres.

La efectividad de la iniciativa diplomática argentina también rinde sus frutos en otros aspectos: los isleños se quejan duramente de que Buenos Aires entorpece el incremento de frecuencias de los vuelos que vinculan a las islas con Chile, cuestión que deprime la industria turística.

Por otra parte la controversia en torno a la explotación pesquera disminuye también los ingresos isleños por cuanto la venta de licencias a tal fin resulta vital en la economía de Puerto Stanley.

Este panorama enfrenta a los británicos con un problema enervante: mientras Gran Bretaña pierde dinero Argentina no gasta ni un centavo.

Pero hay más cosas para explicar la sorpresa causada por el reclamo isleño.

Si por una parte el emprendimiento petrolífero que podría otorgarles un nivel de vida similar al del Principado de Mónaco amenaza con tornarse impracticable por los elevados costos de explotación, por otro lado, adueñarse de reservas petroleras estimadas en 60 mil millones de barriles en un contexto no resuelto de soberanía representa una amenaza que sobrepasa a los países latinoamericanos y alcanza a la alianza británico-estadounidense.

En efecto, puede adivinarse que a Washington la gracia que podría causarle la anacrónica reconstrucción de una sucursal del Imperio Británico en el Atlántico Sur es exactamente igual a cero.

Para los británicos, a los que la crisis europea parece haber alcanzado esta semana, la opción de apropiarse de tantísimos barriles de oro negro representa una tentación demasiado grande como para simplemente dejarla de lado. En otras palabras: con ese oro se salvarían del desastre.

Sin embargo, no todo es perfecto desde el lado argentino. Resulta ineludible decir que Buenos Aires ha olvidado desde hace décadas a su plataforma marítima. No ha impulsado la construcción de puertos y astilleros. No ha potenciado su flota mercantes ni propiciado una política efectiva para su Armada militar y, al contrario de Brasil, Argentina no ha hecho causa nacional la posibilidad de explotación de los recursos petroleros a su alcance.

Todos esos olvidos son la afirmación concreta de que Argentina no asume su rol de potencia marítima, a pesar de los miles de kilómetros de costa que la Casa Rosada tiene frente a su nariz.

De hecho, ignorar los aspectos mencionados significa literalmente dar la espalda a una fuente generadora de riquezas y potenciadora del trabajo genuino, de gran envergadura para la lucha contra la pobreza acometida por el actual gobierno nacional.

Por solo esa razón, el desarrollo argentino en materia naval es una asignatura pendiente que, en combinación con lo actuado en el tema Malvinas, potenciaría la exitosa política de estrangulamiento con el aporte de una presencia efectiva sobre la zona adyacente a la de disputa.

Esta perspectiva se agigantaría si se tuviesen en cuenta las actuales relaciones fraternas que motorizan apoyos diplomáticos de organizaciones netamente regionales como UNASUR o MERCOSUR.

Desde ellas se podría sobrepasar el marco meramente discursivo si se apurara la creación de organismos de crédito para financiar el desarrollo genuino de las potencialidades del mar y si se establecieran políticas estables para la defensa regional que sirviesen a la ocupación efectiva de zonas propias y disuada de cualquier reclamo a potencias extra hemisféricas urgidas por problemas de liquidez.

Parlamento europeo: SOMOS HIPÓCRITAS

Discurso de Daniel Cohn-Bendit sobre la crisis en Grecia

ATAQUE ISRAELÍ: ¿Una simple coincidencia?

No es la primera vez que se produce tal desgraciada coincidencia. Y la repetición de este escenario, precisamente, lleva a una conclusión inevitable: Israel no quiere saber nada de un proceso de paz que le obligaría a hacer concesiones. Un proceso que llevaría a que el Estado palestino pase por fin de la fase de las palabras a la fase de las realidades. Es, precisamente, lo que quiere evitar Tel Aviv, cuyo objetivo es claro: ganar tiempo, mientras la política de asentamientos en los territorios ocupados hace progresivamente inviable la creación de dicho Estado.

Pero el sangriento asalto israelí contra una flotilla humanitaria podría por lo menos tener una consecuencia positiva si lleva la comunidad internacional, y entre otros la UE, a dejar de cerrar los ojos respecto de lo que pasa en Gaza.

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