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CIELO Y TIERRA - ¿QUIÉN DIJO QUE TODO ESTÁ PERDIDO?

Política Internacional

BAÑO DE SANGRE DE ISRAEL

Clamor internacional contra el "baño de sangre" de Israel

Así titula el diario El País, al ataque de Israel a la flota de ayuda humanitaria internacional.

Turquía habla de "terrorismo de Estado inhumano" y avisa a Israel de que asuma las "consecuencias"

La Liga Árabe convoca una reunión de urgencia e Irán califica la acción de "inhumana".- El Consejo de Seguridad se reunirá de urgencia esta tarde por el ataque israelí y Ban Ki-moon habla de "baño de sangre".

La conmoción por el ataque israelí contra el convoy que trasladaba ayuda humanitaria a la franja de Gaza ha sacudido a Estados, ONG y asociaciones y organizaciones internacionales y ha provocado una cadena de reacciones de repulsa y la llamada de varios países a los embajadores israelíes acreditados en su territorio. La Presidencia española de la UE ha declarado que los hechos son "inaceptables" y el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, ha condenado "el baño de sangre" y ha pedido a Tel Aviv "una explicación urgente". Naciones Unidas tiene previsto analizar la crisis hoy mismo, mientras que la OTAN abordará el ataque mañana.

..... La nota oficial denunciaba que el Ejército israelí había usado la fuerza contra un grupo de ayuda humanitaria con "ancianos, mujeres y niños", algo "inaceptable".

Posteriormente, el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, que se encuentra en Chile y ha cancelado su visita a Latinoamérica, acusó a Israel de "terrorismo de Estado". "Es una acción totalmente contraria a los principios del derecho internacional, es un terrorismo de Estado inhumano. Nadie puede pensar que nos quedaremos callados ante esto", ha asegurado.

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ANÁLISIS

Israel se asoma al abismo

El número de víctimas de la matanza en alta mar es aún desconocido. No hay noticias de la situación en los barcos y puede que tarde en haberlas: como en el último ataque a Gaza, el Gobierno de Israel prefiere actuar con la puerta cerrada. Tampoco es posible anticipar las consecuencias últimas de la tragedia, pero resulta obvio que serán gravísimas.

Para mantener el bloqueo de Gaza, que ya se ha demostrado inútil (Hamas no pierde fuerza, sino al contrario) además de inhumano, Israel se ha colocado en una posición indefendible y ha asumido una larga serie de riesgos. El primero, y no el más importante, la más que posible ruptura de las conversaciones de paz con la Autoridad Palestina.

Ya empiezan a registrarse condenas por parte de Gobiernos de todo el mundo e Israel puede verse sometido al aislamiento internacional. Cuesta imaginar cómo Washington podría justificar el desproporcionado uso de la violencia contra la flotilla que intentaba romper el bloqueo. Israel, desde hoy, está mucho más solo. El primer ministro, Benjamin Netanyahu, parece evaluar la posibilidad de cancelar el viaje a Washington que tenía previsto para mañana. La Unión Europea deberá reconsiderar también sus posiciones.

Turquía, un país de la OTAN con el que Israel venía cooperando, cada vez con más dificultades, tardará en olvidar lo sucedido: una organización turca, a la que Israel acusa de cooperar con el terrorismo islámico, era la principal fuerza tras la organización de la flotilla. Y los países árabes no podrán disimular como acostumbran. La presión popular será muy fuerte.

El riesgo más temible procede, precisamente, de la calle. Los medios israelíes hablan ya, cuando el caso apenas empieza a desplegarse, de la posibilidad de una tercera Intifada. Si el jeque Raed Salah, líder del Movimiento Islámico y figura de referencia de las poblaciones árabes en el norte de Israel, figurara entre las víctimas mortales, la reacción interna de la minoría árabe israelí podría adquirir gran violencia. Cabe contar, por supuesto, con una llamarada en los territorios ocupados de Cisjordania.

Es posible, sólo posible, porque aún no se conoce nada del trasfondo, que algunos de los participantes en la flotilla desearan que acabara ocurriendo lo que ha ocurrido. Eso no exime a Israel de su responsabilidad. El asalto a los barcos fue mal organizado. Degeneró en una batalla desigual entre civiles que tal vez, sólo tal vez, se defendieran con cuchillos y palos, y soldados bien entrenados y armados. Las advertencias previas no son excusa. Tampoco lo es que, como aseguran fuentes militares israelíes, hubiera alguna pistola a bordo. Israel lo ha hecho todo mal. El Gobierno de Netanyahu se asoma al abismo.

 

€uro: la hipótesis de lo peor

La crisis presupuestaria griega, que ya se ha convertido en crisis del euro, no es la fatal consecuencia de una autorregulación de los mercados, sino de un ataque deliberado. Para Jean-Michel Vernochet, dicha crisis es parte de una guerra económica dirigida, desde Washington y Londres, siguiendo los mismos principios que las actuales guerras militares: con la utilización de la teoría de los juegos y la estrategia del caos constructor. El objetivo final es obligar a los europeos a integrarse a un Bloque Atlántico, o sea a un imperio en el que automáticamente van a tener que pagar el déficit presupuestario anglosajón a través de un euro dolarizado. Un primer paso en esa dirección se ha concretado ya con el acuerdo concluido entre la Unión Europea (UE) y el FMI, acuerdo que otorga al Fondo Monetario Internacional una tutela parcial sobre la política económica de la UE.

El ataque financiero del que Grecia ha sido objeto debido a su deuda soberana y a su potencial insolvencia ha resultado ser, en realidad, una ofensiva contra el euro y no tener más que una lejana vinculación con las taras y carencias estructurales de la propia economía helénica.

Se trata por cierto de «vicios» de los que también adolecen además la mayoría de los países post-industriales, que han adquirido la mala costumbre de vivir por encima de sus posibilidades reales y de depender del crédito, dando así lugar a una inflación galopante de la deuda, a una «burbuja» condenada –como cualquier otra– a terminar rompiéndose.

Todo parece indicar, sin embargo, que tras la brutalidad del ataque y más allá de una simple ansia por saquear las economías europeas se perfilan además otros objetivos, esencialmente de orden geopolítico, objetivos que han sido trazados de forma especialmente deliberada ya que los apetitos de anónimos depredadores financieros no justifican, por acentuados que sean, la intensidad y la duración de una ofensiva que, a corto plazo, amenaza con hacer volar en pedazos la eurozona, la Unión de los 27, e incluso mucho más...

La repetición de las crisis que han caracterizado las dos últimas décadas y una rápida interpretación del desplazamiento de los peones sobre el Gran Juego del «Tablero euroasiático» permiten apreciar que Europa se ha convertido en escenario de una verdadera guerra geoeconómica (que es al fin y al cabo una guerra en toda la extensión de la palabra), de una batalla que por cierto ya tiene potencialmente perdida.

En efecto, la adopción — ante los insistentes reclamos de la Casa Blanca — de un plan europeo destinado a poner a flote la deuda pública de los Estados miembros de la Unión Europea, no sólo no constituye ninguna panacea, o sea que no es una solución duradera para la crisis presupuestaria de carácter estructural que está afectando a «todos» los Estados occidentales, sino que va en el sentido deseado por el mentor estadounidense de una rápida integración de la Unión Europea, condición obligatoria para la constitución de un verdadero bloque occidental.

Este plan europeo responde a una crisis de confianza, de solvencia (ampliamente artificial al principio, pero que se ha hecho contagiosa y que está teniendo un efecto de bola de nieve), a través de una recapitalización de los Estados, como si se tratara de una simple crisis de liquidez. Se trata de un plan europeo de 750 000 millones de euros, superior por lo tanto al plan Paulson –de 700 000 millones de dólares– destinado, después de la debacle de los establecimientos financieros estadounidenses de septiembre del año 2008, a ponerlos a flote recurriendo a los fondos públicos.
Una solución cuyos efectos estamos viendo en este momento al comprobar que la recapitalización del sector financiero privado ha tenido como aberrante consecuencia un tremendo crecimiento de la deuda de los Estados a ambos lados del Atlántico.

Después de haber desatado la recesión, o sea luego de haber inutilizado el motor económico, la crisis financiera nacida en Estados Unidos ha agotado por lo tanto los recursos fiscales de los Estados, haciendo así más difícil aún el servicio de una deuda cada vez más considerable.
Pero la Unión Europea acaba de poner más deuda dentro de la deuda con estos 750 000 millones de euros que gravarán aún más sus presupuestos nacionales (ya que la tasa media de endeudamiento de la eurozona es actualmente de un 78%), y lo hace supuestamente para «restaurar la confianza de los mercados»…

En aras de obtener ese resultado, la Unión Europea acaba de ponerse –voluntariamente– a la merced del Fondo Monetario Internacional, que va a concederle préstamos por unos 250 000 millones de euros. Y se trata del mismo FMI cuyo papel parecía consistir, hasta ahora, en apoyar a las tambaleantes economías del Tercer Mundo a golpe de planes de llamados ajustes estructurales. Es por lo tanto una entidad supranacional con vocación «mundialista» la que va a encargarse, de cierta manera, de supervisar más o menos directamente las estructuras de gobernanza económica de las que la Unión Europea seguramente se dotará si la eurozona no explota antes espontáneamente.

Se trata de estructuras de carácter integrativo que ya viene reclamando gritos Paul Volcker, el director del Consejo para el Redespegue Económico (de Estados Unidos) en la Casa Blanca, quien desde Londres critica duramente a los dirigentes europeos exigiendo un nuevo fortalecimiento del euro, algo que estadounidenses y británicos necesitan tremendamente para mantener a flote sus propias economías.

Hay señalar de paso que fue posiblemente muy a su pesar que la canciller alemana se resignó a suscribir este gigantesco plan de apoyo a los países de la eurozona que están enfrentando dificultades, mientras que su homólogo francés –según un persistente rumor– la amenazaba con volver al franco si ella no se plegaba. Si bien es cierto que «a la hormiga no le gusta prestar lo que tiene», un regresp al Deutsch Mark equivaldría a firmar la sentencia de muerte de la economía alemana ya que, al tener una moneda demasiado fuerte, Alemania no podría seguir exportando su producción industrial, que constituye la base de su economía. Bastó ese chantaje para obligar a Berlín a que aceptara, contra su voluntad, someterse a las condiciones que imponía la administración Obama.

Dictados estadounidenses que conducen a una enorme trampa: ¡los capitales obtenidos como préstamo en el mercado o prestados por el FMI para el salvamento de los «PIIGS» [1] en peligro de caer en la cesación de pagos deben apoyarse en estructuras que garanticen en definitiva la solvencia del euro! Moneda cuya solidez sólo podrá verse asegurada por las instituciones federales que Jacques Attali viene promoviendo incansablemente a través de nuestros medios de difusión cuando reclama «la creación de una Agencia Europea del Tesoro, inmediatamente autorizada a obtener préstamos en nombre de la Unión, y de un Fondo Presupuestario Europeo, que inmediatamente recibiría un mandato para controlar los gastos presupuestarios de los países cuya deuda sea superior al 80% del PIB».

A fin de cuentas, se trata ni más ni menos de poner a los Estados bajo un tutelaje económico con el pretexto de salvar la eurozona, al parecer condenada a una inevitable bancarrota… ya que el abandono de la moneda única constituye un tabú que nadie parece dispuesto a tratar de modificar.

Algunos proyectos van más lejos aun y ya tienen previsto que los presupuestos de los Estados de la eurozona estén totalmente sometidos al control y a las decisiones de un triunvirato conformado por la Comisión de Bruselas, el Banco Central Europeo y el Eurogrupo.
¿Qué pasaría entonces con la voluntad popular y con el Parlamento de Estrasburgo?

Pero nadie se preocupa por denunciar el sofisma o el paralogismo que constituye esa fórmula de integración económica y de regreso a la confianza en los mercados. En primer lugar, ¿por qué habría que permitir que sean los mercados los que impongan su propia ley?
¿No sería además el momento adecuado para cuestionar el capitalismo accionarial, anónimo y voluble, que ha demostrado ser capaz de arruinar a las naciones en función de sus antojos o de sus cálculos?

La gobernanza económica europea no es, en ese sentido, la solución adecuada, como tampoco lo es la inundación de liquidez como respuesta a la actual crisis. El excesivo endeudamiento provocado por el «plan» es sin dudas una solución falsa impuesta desde el exterior con el objetivo de encadenarnos más aun, a nosotros los europeos, a los mercados de capitales y a su indescriptible dictadura.

La idea de la gobernanza económica nace del mismo principio ya que se trata, para decirlo con claramente, de algo insensato en la medida en que esa idea no tiene en cuenta las diferencias que existen entre las diversas sociedades implicadas en todas las etapas de la construcción europea: tipos o modelos de crecimiento, regímenes fiscales y sociales, etc. Se trata de una «idea» que no es tal, y no lo es porque tiene un carácter extremadamente ideológico… se trata en realidad de un proyecto tras el cual se esconden un gran número de segundas intenciones que no tienen nada que ver con la prosperidad económica ni con el bienestar de los pueblos de la Unión Europea.

Algunos se han dado cuenta, muy acertadamente, de que la crisis no era más que el medio y el pretexto para precipitar la imposición de un férreo sistema federal a los 27 [Estados miembros de la Unión Europea], a despecho de las voluntades populares a las que ya se impuso el Tratado de Lisboa de la manera más solapada. Una crisis que es y que sigue siendo –no perdamos de vista este importante factor– artificial, fabricada, en una palabra, es lo contrario de una «fatalidad» inherente a lo que supuestamente sería una vida autónoma y desencarnada de los mercados dirigidos por una «mano invisible».

Un proceso que tiene la reputación de ser «infernal» pero que, para ser anónimo, no deja de estar muy estar vinculado a las figuras de carne y hueso de los grandes manipuladores de dinero y de otros personajes que dan órdenes y que hacen con las bolsas lo que les viene en ganas. Es por eso que Estados Unidos mantiene un doble discurso a través de dos voces diferentes. La de los «mercados» y la de su presidente, quien interviene para sermonear a los europeos y exigirles que estabilicen su moneda o, en otras palabras, las políticas económicas europeas indisolublemente vinculadas a la salud, buena o mala, de su moneda.

Sin embargo, ¡no vayan a creer ustedes ni por instante que eso puede ser una forma de injerencia en los asuntos de la Europa continental!
¿Se imaginan ustedes a Angela Merkel o a Nicolas Sarkozy intimando a la Casa Blanca a hacer una buena limpieza en Manhattan?

La otra voz es la de quienes hacen lo que les da la gana con los mercados… o sea, los que dan las órdenes desde el anonimato, aquellos que ni los propios gobiernos pueden identificar, como confesó tan lastimeramente la ministra de Finanzas de Francia, Christine Lagarde.
Los que hacen subir y bajar las bolsas a su antojo, como el gato juega con el ratón, anticipando las altas y bajas que ellos mismos provocan artificialmente.

El reclutamiento de esos oligarcas se desarrolla, en primer lugar, entre los representantes de la alta finanza, de los complejos militaro-industriales, de los megagrupos del petróleo y de la química o de la ingeniería genética, pero también se reclutan entre los ideólogos y teóricos que se dedican a legitimar el «sistema», nuevos sacerdotes de la religión de la ganancia como nuevo monoteísmo, el del mercado. Pero esa gente tiene en realidad un discurso muy diferente.

¿Qué otra explicación puede tener si no la evidente contradicción entre las inquietudes expresadas por el presidente Obama –por lo demás legítimas ya que Estados Unidos necesita un euro fuerte, que penalice las exportaciones europeas dando así cierta ventaja a las industrias estadounidenses, útil regalo debido a sus déficits abismales (1 400 millones de dólares) y sobre todo para apoyar el esfuerzo de guerra actualmente en marcha en Irak, Afganistán y Pakistán– y la continuación de la desestabilización a fondo de las economías occidentales mediante reiterados ataques de los mercados contra el euro?

Por muy voraces, inconsecuentes e incluso irracionales que puedan ser los «operadores», estos están concientes de que la continuación de la ofensiva contra el euro está poniendo en peligro a todo el sistema y puede precipitar a la economía mundial en una nueva fase de caos.
¿Por qué prosigue entonces este baile al borde del abismo? Nadie podrá hacernos creer esa estupidez de que los mercados viven su propia vida, que son incontrolables y que todo esto sólo se debe a un acelerón de la máquina económica… En pocas palabras, que todo esto «no es culpa de nadie» sino la simple consecuencia de una imposibilidad de manejar los actores y los irracionales patinazos de los mercados.

Digamos entonces claramente que el riesgo de derrumbe de todo el sistema es parte esencial de la partida que se está jugando en este momento. Los grandes jugadores, fríos y calculadores, son adeptos declarados de la «teoría de los juegos» (de Neumann y Morgenstem), concepción probabilista que sirvió de basamento a lo que fue la doctrina de la disuasión nuclear… El ganador es aquel que sea capaz de ir más lejos en la mortal apuesta. Un ejemplo que reviste un enorme parecido con lo que actualmente estamos viviendo: una creciente desestabilización de las economías europeas, con consecuencias nada despreciables del otro lado del Atlántico.

Agreguemos a eso que el caos financiero, monetario y económico, de ambos lados del Atlántico, representa una oportunidad extremadamente favorable para quienes, digámoslo una vez más, se benefician con la resaca de los números de la Bolsa, provocando y anticipando los accesos de pánico y de euforia para jugar indistintamente con las tendencias al alza o la baja en mercados que se han vuelto histéricamente erráticos.
A principios del siglo 20, el economista Werner Zombart teorizaba sobre la «destrucción creadora» (posteriormente retomada por Joseph Schumpeter).

Desde entonces, esa idea ha venido abriéndose paso a través, entre otras, de la teoría matemática del francés René Tom (la llamada teoría de las «catástrofes»). Revisada y corregida por Benoit Mandelbrot, esta última se aplicará, a través de la geometría de los fractales, a la vida de los mercados, vistos desde entonces como una entidad sometida a la teoría del caos, decididamente muy de moda.

Mientras tanto, el economista Friedrich Von Hayek, uno de los teóricos del neoliberalismo, pretendió promover la economía liberal a la categoría de ciencia exacta. De esa manera, según su biógrafo Guy Sorman, «el liberalismo converge con las más recientes teorías físicas, químicas y biológicas, en particular la ciencia del caos formalmente enunciada por Ilya Prigogine. En la economía de mercado, al igual que en la Naturaleza, el orden nace del caos: la espontánea combinación de millones de decisiones y de informaciones no conduce al desorden sino a un orden superior»… No hay mejor imagen que esa ya que nos entrega la clave que permite interpretar la crisis.

A fines de los años 1990, los neoconservadores adeptos de Leo Strauss llevan a su lógico paroxismo el nuevo dogma del desorden superior convirtiéndose en apologistas del caos constructor como supuesta legitimación de todas las guerras de conquista del siglo 19. Desde ese punto de vista, es posible ver el caos en pleno trabajo en el Gran Medio Oriente, al igual que en este mismo instante en Europa.

Podemos tener la certeza de que el nuevo orden regional que los grandes organizadores del caos pretenden hacer surgir de la actual crisis será una Europa unificada, centralizada y federativa, bajo la tutela directa de Estados Unidos a través de la Reserva Federal estadounidense, que hará del Banco Central Europeo una simple sucursal, y bajo la mirada vigilante del FMI, representante o emanación de un poder mundial emergente, tan desterritorializado como tentacular.

Resulta bastante evidente que el endiosamiento del mercado asociado a la idea de un «caos constructor», completada a su vez por un uso intensivo de la teoría de los juegos manipulada por adeptos de la demolición, constituye una mezcla bastante explosiva que está a punto de explotarnos en la cara. Y es importante señalar aquí que el «caos» (intencional) es hoy en día una forma de gobernar, de transformar la sociedad y de conquistar sin lucha, una versión dura del conocido divide y vencerás, al que se recurre aunque sea a costa de la supervivencia de las naciones y los pueblos.

A fin de cuentas, lo importante es poner a Europa de rodillas. Grecia –que es ciertamente uno de los países más débiles de la eurozona, aunque no mucho más que Italia, España, Irlanda o Portugal– ha sido hasta ahora una especie de electrón suelto que obstaculiza una plena integración de los Balcanes a la trama geoestratégica estadounidense.

A modo de conclusión temporal, si la Unión Europea, en el marco de la crisis, avanza a marcha forzada hacia una gobernanza económica federativa, entrará entonces en una fase que la llevará hacia la atribución de un poder prácticamente discrecional a la Comisión Europea, que se compone esencialmente de tecnócratas no electos y reclutados en función de una indestructible obediencia atlantista. Dicho claramente, ello significaría la desaparición de los Estados-Naciones europeos.

De hecho, ya nada se opondrá a que Europa sea integrada a un Bloque Transatlántico. Con el tiempo, la fusión del euro y del dólar sellará la unión del Viejo Mundo y del Nuevo Mundo. Es evidente que no se trata de simples especulaciones sino de una real proyección de las tendencias arquitectónicas que visiblemente se están aplicando en el marco de un proceso de redistribución o de recomposición geopolítica del mapa mundial. Lo cual equivale a decir que, si no se desintegra la eurozona, el destino de los pueblos europeos parece definitivamente sellado, o sea encadenado para bien y para mal al «Destino manifiesto» de Estados Unidos, independientemente de una reforma del sistema económico mundial.

Los financieros perderán quizás algunas plumas en ese proceso si la comunidad internacional se pone de acuerdo para fijar límites a sus apetitos mediante la reglamentación de los mercados. En todo caso, lo cierto es que los promotores del caos constructor habrán ganado la partida al crear las condiciones para nuevos incendios.

Ya que «lo peor», que a menudo han mencionado en Francia individuos tan influyentes como Bernard Kouchner y Jacques Attali, resulta ser sin embargo lo menos improbable cuando los gobiernos, al verse con la espalda contra la pared, no tienen otra posibilidad que «huir hacia delante». En Kuwait, en 1991, y en Irak, en 2003, entre los objetivos apenas ocultos de la guerra, ocupaban un lugar importante la reactivación del motor económico a través de los proyectos privados de reconstrucción… por no mencionar otros intereses más evidentes y más inmediatos, como los combustibles fósiles, las ventas de armas y todos los mercados que de ellos se derivan.

Cualesquiera que sean los acuerdos entre Turquía e Irán sobre el enriquecimiento de uranio con fines médicos, cualesquiera que sean las contrariedades diplomáticas que esos acercamientos entre aliados y enemigos de Estados Unidos impliquen para el Departamento de Estado, basta con releer las fábulas de Jean de La Fontaine para saber que... ¡la retórica del lobo siempre prevalece ante la del cordero!

En el actual contexto de extrema fragilidad de la economía mundial, tenemos que prever que la salida de la crisis tendrá que pasar por la dolorosa puerta del caos constructor.

 

por Jean-Michel Vernochet - Ex periodista de la publicación francesa Figaro Magazine y profesor de la Escuela Superior de Periodismo (ESJ-Paris). Su obra de más reciente publicación se titula Europe, chronique d’une mort annoncée (Europa, crónica de una muerte anunciada) ediciones de l’Infini, 2009.

Publicado en Voltairenet

Según Paul Volcker, director del Consejo de la Reactivación Económica en la Casa Blanca, los europeos deben aceptar una gobernanza externa y establecer la paridad entre el euro y el dólar.

Según Paul Volcker, director del Consejo de la Reactivación Económica en la Casa Blanca, los europeos deben aceptar una gobernanza externa y establecer la paridad entre el euro y el dólar.

 

PARLAMENTO EUROPEO: SOMOS HIPÓCRITAS

¿Quién quiere destruir Grecia?

El siguiente es un artículo publicado por VOLTAIRENET, que hemos leído en nuestro programa radial del 10 de mayo de 2010.

 

¿Quién quiere destruir Grecia?

por Míkis Theodorákis 

El compositor y ex ministro griego Mikis Theodorakis no cree que su país sea responsable de la crisis financiera que está atravesando. Theodorakis ve la mano de Washington detrás de la crisis financiera y denuncia el papel del FMI. Una interesante reflexión para comprender acerca de lo que está pasando en Grecia.

El sentido común del que dispongo no me permite explicar ni mucho menos justificar la rapidez de la caída de nuestro país desde el año 2009, caída que lo lleva ahora a recurrir al FMI, privándolo así de parte de su soberanía nacional y poniéndolo bajo un régimen de tutela.

Es curioso que nadie se haya ocupado hasta ahora de lo más simple, o sea de explicar nuestra trayectoria económica con cifras y documentos, para que nosotros, los ignorantes, fuésemos capaces de entender las verdaderas causas de esta evolución vertiginosa y sin precedentes cuyo resultado es la pérdida de nuestra identidad nacional y la humillación internacional.

Oigo hablar de una deuda de 360 000 millones de dólares, pero veo al mismo tiempo que muchos países presentan esas mismas deudas, e incluso mayores.
Por lo tanto, no puede ser esa la causa esencial de la desgracia. Lo que también me intriga es la desmesurada importancia de los ataques internacionales de los que nuestro país está siendo objeto, y cuya coordinación es casi perfecta, a pesar de tratarse de un país cuya economía es insignificante, lo cual acaba por parecer sospechoso.

Todo eso me lleva a pensar que alguien nos está culpabilizando y que nos están metiendo miedo para que nos pongamos en manos del FMI, lo cual tiene una importancia esencial en la política expansionista de Estados Unidos, y que todo el asunto de la solidaridad europea nos es más que una cortina de humo, para que no se vea que se trata de una iniciativa puramente estadounidense, para llevarnos a una crisis económica artificial, para que nuestro pueblo tenga miedo, para que se someta, para que pierda importantísimas conquistas y, finalmente, para que se ponga de rodillas y acepte la dominación extranjera.
¿Pero por qué?
¿En aras de qué planes y de qué objetivos?

Aunque he sido y sigo siendo partidario de la amistad greco-turca, tengo que decir que el repentino fortalecimiento de las relaciones gubernamentales y los precipitados contactos entre ministros y otros actores, me inspiran temor, al igual que los recientes viajes a Chipre y la próxima visita de Erdogan.

Sospecho que detrás de todo eso se esconde la política estadounidense con sus sospechosos proyectos, que tienen que ver con nuestro espacio geográfico, con la existencia de yacimientos petrolíferos, con el régimen de Chipre, con el mar Egeo, con nuestros vecinos del norte y con la actitud arrogante de Turquía, y que el único obstáculo para esos planes es la desconfianza y la oposición del pueblo griego.

En mayor o menor medida, todos los que nos rodean están atados al carro de Estados Unidos. La única diferencia es que nosotros, desde la dictadura de la junta y la pérdida del 40% de Chipre y hasta las incómodas polémicas con Skopje (la antigua república yugoslava de Macedonia) y con los ultranacionalistas albaneses, hemos venido recibiendo golpes sin tomar conciencia de ello.

Por eso tienen que eliminarnos como pueblo. Y eso es precisamente lo que está pasando en este momento. Yo invito a los economistas, los políticos y los analistas a que me desmientan.
Creo que no existe otra explicación lógica, a pesar del complot internacional, en el que han participado los europeos proestadounidenses como Merkel, el Banco Europeo, la prensa reaccionaria internacional, todos juntos han participado en el «gran golpe», que consiste en degradar a todo un pueblo de la categoría de pueblo libre a la de pueblo sometido.

Al menos yo no puedo encontrar otra explicación. Reconozco que no dispongo de conocimientos específicos. Pero lo que digo, lo digo utilizando mi sentido común. Puede que muchos estén pensando lo mismo que yo y quizás podamos comprobarlo en los próximos días.

En todo caso, yo quisiera alertar a la opinión pública y subrayar que si mi análisis resulta correcto, la crisis económica –que, como ya dije anteriormente, nos ha sido impuesta– no será entonces otra cosa que el primer trago amargo de una cena de Lúculo y que saldrán entonces a flote cuestiones cruciales de carácter nacional de las que no quiero ni pensar hacia dónde pueden llevarnos.

¡Ojalá me equivoque!

8 DE MAYO - Fin del Nazismo

Rusia y la OTAN celebran juntos la victoria aliada

Tropas de cuatro países conmemoran en la plaza Roja la derrota del nazismo

Juntos derrotaron al nazismo, pero han necesitado 65 años para conmemorarlo unidos. Soldados de Estados Unidos, Francia y Reino Unido desfilaron el domingo por primera vez en la plaza Roja de Moscú junto a los militares rusos para festejar la victoria aliada. Las celebraciones tuvieron lugar en numerosas ciudades del país, pero fue en la parada militar de la capital donde se vieron escenas cargadas de simbolismo.

Además de los tres citados países, soldados de Polonia -también miembro de la OTAN- participaron en el desfile, como lo hicieron uniformados de varias repúblicas ex soviéticas, en un acto ensombrecido por dos atentados en Daguestán -murió un zapador por la explosión de una bomba abandonada junto a unas viviendas habitadas por guardias de fronteras rusos- y por la muerte de 12 mineros en un yacimiento de Kemerovo (Siberia).

En la tribuna de honor, además de los dirigentes rusos, contemplaban el desfile numerosos jefes de Estado y Gobierno extranjeros. Entre ellos, destacaba -junto al primer ministro, Vladímir Putin- la canciller alemana, Angela Merkel.

Probablemente, la presencia de Merkel, que hoy dirige el país que en 1941 atacó a la Unión Soviética, hizo que Dmitri Medvédev, presidente de Rusia y comandante en jefe de sus fuerzas armadas, fuera especialmente cuidadoso al escoger las palabras para el tradicional discurso que el jefe del Estado pronuncia en esta fecha ante las tropas en la plaza Roja. Medvédev se cuidó de nombrar a la "Alemania fascista", como normalmente hacen en Rusia, limitándose a usar los términos de "nazismo" y "fascismo".

El líder ruso subrayó que las lecciones de la II Guerra Mundial llaman a la solidaridad entre los países y afirmó que sólo unidos se podrán afrontar los desafíos y amenazas del mundo actual. Medvédev advirtió también de que "el mal" se hace fuerte cuando "ante él se retrocede". "Sesenta y cinco años atrás el nazismo fue derrotado, la máquina de aniquilación de pueblos enteros fue detenida. A nuestro país y a toda Europa volvió la paz. Se puso fin a la ideología que destruía los fundamentos de la civilización", dijo Medvédev.

Por la plaza Roja marcharon 11.335 soldados y oficiales a una media de unos 115 pasos por minuto, ritmo algo menor al acostumbrado debido principalmente a la participación de tropas extranjeras. No faltó la exhibición de las modernas instalaciones autónomas de misiles Tópol-M, el orgullo de los rusos, que aseguran son capaces de penetrar cualquier escudo nuclear.

El motivo de que Rusia, a diferencia de Occidente, celebre la victoria en la guerra el 9 de mayo, y no el 8, se debe a que la Alemania nazi firmó la capitulación a las 22.43 minutos (hora local), cuando en Rusia eran dos horas más tarde y había comenzado el día 9.

Derecho a la privacidad

La siguiente es una nota que replico, pues me resultó más que interesante. Ha sido publicada en el sitio "Tercera Vía"

Washington ha destruido los derechos a la privacidad dentro y fuera de su país

En la revista suiza Zeit-Fragen, el profesor Dr. Eberhard Hamer de Alemania pregunta: “¿Cuánta soberanía tiene Europa?”

Examina el tema y concluye que Europa posee poca, si alguna, soberanía.

El profesor Hamer escribe que los derechos soberanos de los europeos como ciudadanos de naciones-estado se disolvieron con la entrada en vigor del Tratado de Lisboa el 1 de diciembre de 2009. Los derechos de los pueblos se han trasferido a un comisariado político en Bruselas. Los franceses, alemanes, belgas, españoles, británicos, irlandeses, italianos, griegos, etc. ahora tienen “ciudadanía europea cualquiera que sea su significado.”

El resultado de agregar naciones es reducir la participación política de la gente. La autoridad de parlamentos y municipalidades se ha dañado. El poder se concentra ahora en nuevas estructuras jerárquicas dentro de la Unión Europa. La ciudadanía europea significa una participación directa y débil de la gente. La autonomía ha sido reemplazada por el gobierno autoritario de arriba abajo.

El profesor Hamer pasa luego a examinar el comisariado de la UE y concluye que éste, también, carece de soberanía, ya que se ha sometido a la voluntad de EE.UU. El problema no es sólo que los europeos están librando una guerra inconstitucional ordenada por EE.UU. en una región del mundo en la que Europa no tiene intereses. La existencia del Estado títere de Europa va mucho más allá de su servicio mercenario al Imperio Estadounidense.

La UE ha cedido a la exigencia de Washington de “libre acceso a los datos bancarios del proveedor de servicio financiero, Swift, en Europa. Todos los flujos financieros en Europa (y entre Europa y el resto del mundo) serán ahora monitoreados por la CIA y otros servicios de inteligencia estadounidenses e israelíes.” El monitoreo incluirá las transferencias dentro de Alemania, por ejemplo, y dentro de ciudades individuales. “Los datos, incluso datos de ciudadanos totalmente inocentes, tienen que guardarse durante cinco años, evidentemente a costa de los bancos y sus clientes.”

¿Cuántra soberanía tiene la UE si es incapaz de proteger la privacidad financiera de sus ciudadanos contra gobiernos extranjeros?

Durante un cierto tiempo Zeit-Fragen ha estado informando de la presión de Washington sobre el gobierno suizo para que viole la ley estatutaria a fin de cumplir con las exigencias estadounidenses de monitoreo de los flujos financieros dentro de Suiza y entre Suiza y el mundo. Escritores muestran su sorpresa ante el desprecio total que Washington muestra por la soberanía de otros países y los derechos a la privacidad de sus ciudadanos.

A nosotros los estadounidenses no debería sorprendernos. A pesar de las leyes estatutarias, nuestros derechos a la privacidad han desaparecido hace tiempo. En EE.UU. la privacidad se ha convertido en un chiste cruel y caro. Significa que los padres no pueden informarse sobre las notas en la universidad de un hijo o hija sin el permiso de ese hijo o hija. Significa que las compañías de tarjetas de crédito, los bancos y otras instituciones financieras tienen que desperdiciar dinero enviando un flujo permanente de “informaciones de privacidad” a sus clientes sobre el uso de la información del cliente. Quiere decir que un estadounidense no puede obtener información sobre su cuenta con una compañía de tarjetas de crédito, telefónica, de cable y un proveedor de servicios de Internet, de un banco, de una compañía de servicios públicos, o hacer alguna alteración en su cuenta sin suministrar a un extraño su número de la Seguridad Social u otra información privada más allá de su nombre, dirección y número de cuenta. Esta rutina es un chiste porque el gobierno tiene acceso a todo. Forma parte de nuestro mundo orwelliano que la privacidad sea protegida por el requerimiento de que se dé a extraños información privada por teléfono.

Los borregos estadounidenses aceptaron silenciosamente la destrucción total de su derecho a la privacidad. Alentado por su éxito en el abuso de la gente en EE.UU., Washington ha destruido ahora la privacidad de los europeos.

Por cierto, el gobierno de la “libertad y la democracia” espía ahora a todo el mundo y envía drones a países extranjeros para asesinar a gente desaprobada por Washington.

Washington denuncia a otros gobiernos por violaciones de los derechos humanos mientras viola derechos humanos a diario.

Washington enjuicia a dirigentes extranjeros por crímenes de guerra, mientras comete crímenes de guerra a diario.

¿Qué pasará cuando desaparezca el dólar y Washington ya no tenga el dinero necesario para comprar el cumplimiento de sus demandas mediante el soborno? La libertad resurgirá cuando llegue ese día.

© Copyright Paul Craig Roberts, Global Research, 2010

Paul Craig Roberts fue editor del Wall Street Journal y secretario adjunto del Tesoro en el gobierno de Ronald Reagan. Su último libro, How the Economy Was Lost, ha sido publicado recientemente por CounterPunch/AK Press. Se le puede contactar en: paulcraigroberts@yahoo.com

Fuente: www.globalresearch.ca/PrintArticle.php?articleId=18273

Paul Craig Roberts
Global Research

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

¡¡¡POBRE GRECIA!!!

Finalmente Francia y Alemania acordaron cómo ayudar a Grecia. ¡Pobrecitos los Griegos, ahora sí que no tienen salida, han decidido darles el "tiro de gracia"!

 

Francia y Alemania llegan a un acuerdo sobre el rescate financiero a Grecia

Francia y Alemania lograron este jueves un acuerdo sobre un plan europeo para rescatar a Grecia si se agravan sus problemas de endeudamiento que consistirá en préstamos bilaterales voluntarios completados por una aportación del Fondo Monetario Internacional, según confirmaron fuentes diplomáticas francesas. El plan estaría dotado con alrededor de 20.000 millones de euros

Los gobernantes de la UE han comenzado en la tarde de este jueves una cumbre en la capital belga, Bruselas, con la intención de aprobar las líneas generales de un nuevo plan destinado a superar definitivamente la crisis y dotar a Europa a medio plazo de un crecimiento económico más sostenible. Sin embargo, el tema reinante en la cumbre ha sido Grecia y su crisis.

El anuncio del compromiso entre la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, se ha producido antes del comienzo del Consejo Europeo, que reúne este jueves en Bruselas a los veintisiete líderes de la Unión Europea.

Zapatero, presidente de turno de la UE, se ha mostrado a favor de las ayudas

Inicialmente, la canciller alemana, Angela Merkel, afirmó este jueves que "el euro es mas estable de lo que nunca lo fue el marco" e insistió en que no es necesario todavía acordar ayudas para contribuir al rescate de las finanzas de Grecia.

Sin embargo, a lo largo del día la dirigente alemana matizó su postura y se mostró más dispuesta a acudir en ayuda de Grecia si se contempla "una combinación entre el FMI y la ayuda bilateral", de forma que la ayuda monetaria para el país heleno proviniera tanto de la UE como del Fondo Monetario Internacional.

Por su parte, José Luis Rodríguez Zapatero, presidente del Gobierno español y presidente de turno de la UE defendió este jueves las ayudas al país heleno a las que España podría aportar unos 2.000 millones de euros. Además, el presidente español recordó que ese dinero es un préstamo sujeto a su devolución con intereses.

THE WAR OF DEMOCRACY

El documental presenta documentales y testimonios de la intromisión de los Estados Unidos en los asuntos políticos de Latinoamérica.

Gran parte del mismo puede tildarse de antiimperialista, pero acostumbrados como estamos a ser intoxicados con la propaganda proimperialista estadounidense, es posible que podamos hacer una síntesis de estos extremos.

Con todo, es importante conocer o recordar cuáles fueron los hechos que llevaron a los países de latinoamérica a la situación injustia y crítica en la que nos encontramos, y de la mano de quiénes tuvimos los gobiernos que ejecutaron las políticas que se tradujeron en estos resultados.

Venezuela, Chile, Nicaragua, Bolivia, Guatemala,... se desarrollan en estos 10 videos en los que ha sido particionada la película que centra gran parte de la temática alrededor de la figura de Hugo Chávez en Venezuela.

La película fue lanzada en el Reino Unido el 15 de junio de 2007.
The War on Democracy - (subtitulos en Espanol) - 1/10
http://www.youtube. com/watch? v=Mxst77hl9bQ
The War on Democracy - (subtitulos en Espanol) - 2/10
http://www.youtube. com/watch? v=ladHmvrB4dY
The War on Democracy - (subtitulos en Espanol) - 3/10
http://www.youtube. com/watch? v=ecRY2OvoNK4
The War on Democracy - (subtitulos en Espanol) - 4/10
http://www.youtube. com/watch? v=xj2C6__ 6gfY
The War on Democracy - (subtitulos en Espanol) - 5/10
http://www.youtube. com/watch? v=lnZMIGKKo6k
The War on Democracy - (subtitulos en Espanol) - 6/10
http://www.youtube. com/watch? v=Qp60Qj6Fgug
The War on Democracy - (subtitulos en Espanol) - 7/10
http://www.youtube. com/watch? v=QNzDLo7ZGYk
The War on Democracy - (subtitulos en Espanol) - 8/10
http://www.youtube. com/watch? v=q-p-pW6Cno0
The War on Democracy - (subtitulos en Espanol) - 9/10
http://www.youtube. com/watch? v=uAdIBHArxeM
The War on Democracy - (subtitulos en Espanol) - 10/10
http://www.youtube. com/watch? v=cYapTuUjY2A
 

 

Los mercachifles del poder

En la plaza pública de este paisito, cada cuatro años acontece un carnaval dantesco y una romería grotesca de payasos que se introducen a los ríos, se trepan a los árboles, montan en caballos taimados, y son aprendices de boxeadores que levantan el puño de la vergüenza para ofrecer sus mejores torpezas.

Algunos gritan que lloverán ríos de miel y sangre, otros ofrecen una mejor vida con las lapidas de los pobrecitos árboles, otros vociferan sobre la virtud de los números, e incluso unos enseñan sus traseros montunos para demostrar que sus medidas son las más indicadas para sentarse en el trono presidencial, irónicamente y a pesar de los lamentos por los horrores de los gobiernos de turno, la gente como una bandada de desaforados creyentes del nuevo evangelio corren para comprar las ilusiones que tienen el fatal precio del olvido.

NO DEJEN DE VISITAR LA WEB DE ESTE GENIAL HUMORISTA POLÍTICO HONDUREÑO - ALLAN MCDONALD