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CIELO Y TIERRA - ¿QUIÉN DIJO QUE TODO ESTÁ PERDIDO?

21 mujeres y niños mueren cada día por causas evitables

Mientras se siguen pagando marchas a favor del gobierno, usan aviones para llevar los diarios al matrimonio K hasta el Calafate, pagan para retransmitir fútbol todo el día, y varios delirios hollywoodenses, la vida no logra ganarle la batalla a la muerte en el 70% de los casos, en nuestro país....

Cada día mueren 21 mujeres y niños por causas evitables

Dura advertencia de expertos sanitarios

Por año mueren en Argentina 333 mujeres durante el embarazo, parto y puerperio, y 11.000 nenes menores de 5 años, de los cuales 6.000 son recién nacidos. Investigaciones nacionales demuestran que al menos dos terceras partes de estas muertes son evitables, es decir, 7.600 mujeres y niños podrían salvarse y sobrevivir: 21 por día. Asustados por esta realidad, diez destacados organismos dedicados a la salud y temas sociales formaron una alianza para promover acciones nacionales tendientes a mejorar la salud de las madres y sus hijos. Hablan de pobreza, de falta de información y educación, pero también reclaman políticas de Estado y denuncian falencias en los servicios de salud.
ASUMEN (Alianza Argentina para la Salud de la Madre, Recién nacido y Niño) se presenta mañana en sociedad con una jornada de concientización. Está formada por la Academia Nacional de Medicina (ANM), la Asociación Argentina de Perinatología (ASAPER), la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI), la Sociedad de Obstetricia y Ginecología de Buenos Aires (SOGIBA), el Centro de Estudios de Estado y Sociedad (CEDES), la Federación Argentina de Enfermería (FAE), la Federación de Obstétricas de la República Argentina (FORA), el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS). "Un grupo de científicos nos unimos con gran preocupación por el alto nivel de mortalidad materna (MM) e infantil (MI). Entre el 60 y 70 % de estas muertes son evitables –dice Bernardo Chomski, de SOGIBA–. Si aumentaran los controles durante el embarazo se evitarían muchas muertes, pero el 98% de las muertes de los recién nacidos se da a nivel institucional. Es decir, mejorando la atención en ese nivel se podrían evitar muchas más muertes. Las condiciones sociales son determinantes, pero la accesibilidad y la calidad del servicio lo son aún más". Compara Argentina con Canadá, país cuatro veces más grande. Allí, dice Chomski, hay 30 unidades de cuidados intensivos neonatales, mientras que aquí hay 900 ("el 90% no tiene elementos para un parto seguro"). Sin embargo, la mortalidad infantil allá es 6 por mil y acá 13.3. Conclusión: hay gran dispersión de recursos económicos, humanos y tecnológicos.

Otra preocupación de Asumen es que Argentina no cumplirá los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). En 2000, Naciones Unidas congregó en la Cumbre del Milenio a 189 representantes de Estado para que reflexionaran sobre el destino de la humanidad. Cada país asumió compromisos para 2015. Argentina firmó Reducir la Mortalidad en la Infancia a menos de dos dígitos y Mejorar la Salud Materna: bajarla a 13 por cien mil. Ahora es 44 por cien mil. "Las dos terceras partes de la MM y MI son reducibles. La meta que se fijó al 2011 es llegar a un dígito la MI y reducir la MM de 44/100.000 a 33/100.000. Con respecto a los objetivos del Milenio creo que podremos cumplir con lo referente a MI y será más difícil cumplir la meta de MM, pero hay que trabajar para lograrlo, no sólo tiene que ver con la salud, es multifactorial", dice Ana Speranza, directora nacional de Maternidad e Infancia del Ministerio de Salud. "No es un tema coyuntural de este gobierno. Se necesitan políticas de Estado. Por eso, distintas sociedades científicas queremos poner en foco este tema, y que se instale en la sociedad", explica Analía Messina, de Sogiba. ¿Por qué se mueren tantas mujeres embarazadas o en el parto? "El 30% muere en prácticas de abortos en condiciones no sanitarias. Muchas por infecciones y hemorragias, y el resto por hipertensión. No hay controles durante el embarazo, o se llega con hemorragias a centros de salud donde no hay bancos de sangre o no es segura". Messina agrega un dato estremecedor: un chico que pierde a su mamá tiene cinco veces más posibilidades de morir durante el primer año de vida.
Miguel Larguía, de la ANM, habla de los criterios para reducir muertes neonatales: el 34,2% es reducible por diagnóstico y tratamiento oportuno durante el embarazo, el 12% por diagnóstico y tratamiento oportuno en el recién nacido, y el 9,8% por diagnóstico y tratamiento oportuno en el parto.
Desde el CEDES, Mariana Romero habla de determinantes sociales (mujeres que no consultan, que no tienen plata ni medios para movilizarse), y también del conocimiento: "La evidencia existe, pero no se usa o no se implementa".
El objetivo de Asumen es claro: crear un sistema médico de calidad con equidad. Todos tienen derecho a salud de calidad.

Clarín - 12-11-09


Cómo evitar las muertes evitables

Una serie de entidades médicas y científicas, junto con Unicef y la OPS, constituyeron una alianza para instalar en la agenda política el problema de las muertes de madres, recién nacidos y niños. Gisela Pardo, un caso emblemático.

Por Mariana Carbajal

Gisela Pardo murió en Mendoza a pocos días de parir su tercera hija. Tenía 24 años y la ilusión de ver crecer a su prole. Una infección que no fue atendida a tiempo en el Hospital de Malargüe la sumó a la larga lista de mujeres que mueren en la Argentina por causas evitables, vinculadas con la gestación. “La muerte de Gisela era evitable con una buena atención en el parto y una buena evaluación durante el puerperio”, reconoció Mirella Puzollo, jefa del Departamento de Obstetricia del Ministerio de Salud de Mendoza. El caso es emblemático: deja en evidencia fallas en el sistema de salud que impiden la reducción de las elevadas tasas de mortalidad materna e infantil en el país. El Hospital de Malargüe no cuenta con terapia intensiva ni banco de sangre, tiene un laboratorio, pero carece de un bioquímico que analice las muestras, describió Puzollo. Con el objetivo de instalar en la agenda política esta problemática, en un hecho inédito en el país, entidades médicas y científicas junto con Unicef y la OPS constituyeron la Alianza Argentina para la Salud de la Madre, Recién Nacido y Niño (Asumen), que hoy se presentará en sociedad.

Es llamativo, pero todavía el Ministerio de Salud no dio a conocer las estadísticas de mortalidad materna ni infantil correspondientes a 2008. Los últimos datos son de 2007. Ese año se registraron 44 muertes de mujeres relacionadas con el embarazo, el parto y el puerperio cada 100 mil nacidos vivos. Uno de los fallecimientos fue el de Gisela, que ocurrió en mayo de 2007, a los pocos días de dar a luz a Camila. “Casi un tercio de la mortalidad de mujeres por gestación se debe a consecuencias de abortos inseguros, realizados con métodos precarios”, apuntó la investigadora Mariana Romero, del Centro de Estudios Estado y Sociedad (Cedes), una de las instituciones académicas que integran Asumen. La mortalidad infantil, en tanto, en 2007 fue de 13,3 menores de un año cada 1000 nacidos vivos. Ese año fallecieron 9300 chicos de menos de un año. Si se toma a los niños menores de 5 años, la MI ascendió a 15,6 por 1000: en 2007 fallecieron 1612 chicos de 1 a 4 años. “El 60 por ciento son muertes evitables”, indicó Bernardo Chomski, coordinador de la jornada que hoy realiza Asumen para analizar el problema, y miembro de la Sociedad Argentina de Pediatría, una de las entidades médicas que forman esta alianza. Chomski, ya jubilado, fue jefe de Neonatología y de la División Pediatría del Hospital Argerich.

En diálogo con Página/12, explicó el surgimiento de Asumen: “Estamos preocupados por el lento descenso que viene teniendo la mortalidad materna e infantil. La Argentina asumió el compromiso de reducir ambos indicadores para 2015 en el marco de los Objetivos del Milenio (ODM). A este ritmo es difícil que alcance las metas. Aunque si las cosas se hacen bien, se podrían cumplir”, opinó. Bajar la MM a 13 por 100 mil nacidos vivos y la infantil a 8,5 cada 1000 nacidos vivos, son los ODM asumidos por el gobierno ante la ONU. En las últimas dos décadas, la MM se mantuvo casi estable. En 2007, la MI experimentó un aumento (en 2006 había sido de 12,9) y se cortó una tendencia histórica hacia la baja, que sólo se había alterado luego de la crisis de 2001. La Argentina tuvo el descenso de la mortalidad materno-infantil más lento y problemático de la región, según analizan en Unicef.

Maternidades

En Asumen evalúan que uno de los problemas para bajar ambos indicadores está vinculado con el sistema sanitario. “Hay una enorme dispersión de recursos humanos y tecnológicos, lo que hace que la atención sea ineficiente. Proponemos la regionalización y la concentración”, señaló Chomski. Como ejemplo, mencionó el elevado número de maternidades públicas que existe en el país que atienden una muy baja cantidad de partos cada año. “De un total de 989 maternidades, el 78 por ciento atiende menos de 500 partos anuales. Está estudiado que para que una maternidad resulte eficiente tiene que atender un promedio de 4 mil a 5 mil partos al año. Esa cantidad de pacientes hace que la inversión resulte eficiente. Con tanta dispersión no podemos concentrar recursos altamente calificados para atender los cuadros graves”, consideró. Hoy serán analizadas las causas que contribuyen a mantener las tasas altas en el encuentro que tendrá lugar en el Centro de Docencia y Capacitación Pediátrica Carlos Gianantonio. Participarán representantes de todas las instituciones que integran Asumen, entre ellas la Academia Nacional de Medicina, la Asociación Argentina de Perinatología, la Federación Argentina de Enfermería, la Federación de Obstétricas de la República Argentina, la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva, la Sociedad Argentina de Pediatría, la Sociedad de Obstetricia y Ginecología de Buenos Aires, Cedes, la Organización Panamericana de la Salud y Unicef.

Atención tardía

Gisela era ama de casa. Vivía con su pareja, Pablo, y sus dos hijas, en un departamento en el fondo de la casa de sus suegros, en Malargüe. En su historia clínica dice que tenía primaria completa. El embarazo de su tercera hija, Camila, lo controló en una sala de atención primaria. Pero el parto, como el de sus otras hijas, lo tuvo en el Hospital de Malargüe. Camila nació el 17 de mayo de 2007. Fue un jueves. El sábado le dieron el alta. “Gisela volvió a su casa y se empezó a sentir mal. Aparentemente le habían quedado unos restos de placenta en el útero. Le dio fiebre”, recordó su hermana, Jessica, de 33 años. Dice que consultó en la salita, donde le hicieron algunos estudios. Recién una semana después la mandaron a internar al hospital, con síntomas de infección. “Tenía tos y dificultades para respirar”, siguió Je-ssica. El cuadro –recordó– se agravó hasta que decidieron hacerle un legrado en el que le perforaron el útero. “Sufrió un paro cardiorrespiratorio y la trasladaron al Hospital Schestakow de San Rafael. La internaron en la terapia intensiva con una infección avanzada. Los médicos decidieron extirparle el útero y, luego de la intervención, murió por una falla multiorgánica”, detalló. El Schestakow es un centro de alta complejidad: es el hospital para derivaciones más cercano a Malargüe. Está a dos horas de viaje en ambulancia. El Hospital de Malargüe atiende un promedio de 400 partos al año. No siempre tiene anestesistas o médicos pediatras, comentó Puzollo, quien se desempeñaba como jefa de Area de Obstetricia del Schestakow en 2007. “La muerte de Gisela era una muerte evitable con una buena atención en el parto y una buena evaluación durante el puerperio”, consideró la jefa del Departamento de Obstetricia del Ministerio de Salud de la provincia de Mendoza.

La especialista en Salud de Unicef, Zulma Ortiz, comentó: “Podríamos quedarnos con la idea de que el legrado provocó la muerte de Gisela, pero esa mirada sería muy simplista e ignoraría que ninguna intervención por sí sola puede abordar la diversa gama de causas de muerte materna, y que se requiere una multiplicidad de intervenciones. Pero, claro, que estén disponibles en tiempo y en forma. No podemos transmitir a la sociedad el mensaje erróneo de mala praxis o inadecuada atención. Se trata de entender de que en la medida en que no se garanticen estas condiciones, es mejor no contar con un servicio que luego no podrá resolver el problema”.

 

 

“Se necesita apoyo político”

Mariana Romero es médica e investigadora del Conicet y del Centro de Estudios de Estado y Sociedad (Cedes).

–¿Se puede bajar la mortalidad materna en la Argentina y cumplir con los Objetivos del Milenio? –le preguntó Página/12.

–Dado el nivel de la mortalidad materna hoy sólo estrategias articuladas y con gran apoyo político podrían marcar una diferencia hacia el cumplimiento del ODM 5 (Mejorar la salud materna) y su meta de reducir en tres cuartas partes las muertes maternas. Esto significa intervenir fuertemente para prevenir los embarazos no deseados y las complicaciones de los abortos inseguros, mejorar la calidad de la atención de la emergencia obstétrica con recursos humanos que atienden con oportunidad y eficiencia dentro de un sistema de salud que facilita el acceso y está en condiciones de derivar a centros de mayor complejidad cuando es necesario.

–¿Qué medidas debe tomar el Gobierno en ese camino?

–Se debe dar apoyo y visibilidad al Programa Nacional de Salud Sexual y Reproductiva, tanto en sus componentes de promoción de los derechos como en la provisión de métodos, con consejería integral en salud sexual y reproductiva; se debe fortalecer y monitorear las acciones planteadas dentro del Programa de Mejoramiento de la Calidad de la Atención Postaborto; se debe garantizar la interrupción del embarazo en los casos contemplados por la ley y se deben garantizar las condiciones para atender oportunamente las emergencias obstétricas.

 

Las cifras, los datos

- En Argentina una mujer de cada 530 tiene riesgo de morir por causas relacionadas con la maternidad; en Chile, la probabilidad es significativamente más baja: de una cada 3200, según datos de Unicef.

- En 2007, el 11,7 por ciento de la mortalidad materna ocurrió en menores de 20 años y el 1,3 por ciento en menores de 15 años.

- Hay profundas desigualdades entre provincias. Mientras Córdoba presenta una tasa de mortalidad materna de 15 muertes por 100 mil nacidos vivos, Formosa tiene 133, casi tres veces el promedio nacional. En Chile, la tasa es de 18 por 100 mil nacidos vivos. Uruguay y Costa Rica presentan rangos parecidos, por debajo de 20.

- Cuatro de cada diez maternidades públicas en el país no cuentan con las condiciones obstétricas y neonatales esenciales para atender en forma segura un parto y a un recién nacido, según un estudio del Ministerio de Salud.

- Las peores situaciones se registran en hospitales del NEA, seguidos por los del NOA, pero también hay problemas de insumos y de infraestructura en maternidades de la provincia de Buenos Aires, en la zona norte y sur del conurbano.

- En mayo el Ministerio de Salud lanzó el Plan Estratégico para la Reducción de la Mortalidad Materna e Infantil 2009-2011.

Publicado por Página 12 - (13/11/09)

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