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CIELO Y TIERRA - ¿QUIÉN DIJO QUE TODO ESTÁ PERDIDO?

La combinación drogas-VIH es dramática en Argentina

Una revista médica inglesa coloca al país entre los nueve con mayor número de infectados entre adictos a sustancias intravenosas. Opinan los expertos.

Argentina es uno de los nueve países en donde el porcentaje de contagio de VIH entre adictos a drogas inyectables es mayor: un 0,29% de las personas de 15 a 64 años se inyecta drogas, y un 49,7% de los que lo hacen es seropositivo. Estos índices fueron revelados en un articulo de la prestigiosa revista médica The Lancet .

El doctor Pedro Cahn, encargado del Servicio de Infectología del Hospital General de Agudos Juan Fernández,  en dialogo con Criticadigital, reconoce que estos datos son alarmantes y explica que “las estimaciones que muestran los antecedentes de personas que usan drogas intravenosas y que se presentan en nuestro centro de salud el porcentaje también es muy alto”.

“Al hospital llega gente con percepción de riesgo ya sea porque saben de personas cercanas que tengan el virus o hayan muerto del mismo y vienen para realizarse estudios; de estos que se testean entre un 50% a 60% se encuentran infectados”. Si bien esta muestra es autoselectiva, ya que pertenece a las personas que perciben ese riesgo y van al servicio de infectología del Hospital Fernández, la cifra es muy elevada y representativa del colectivo.

El estudio publicado por The Lancet consigna que alrededor de tres millones de los 15,9 millones de personas que consumen drogas inyectables en todo el mundo están infectadas por el virus del sida y Argentina junto a otros ocho países (Estonia, Ucrania, Indonesia, Tailandia, Nepal, Brasil, Kenia y Birmania) poseen la desafortunada marca de territorios en donde más del 40% de los consumidores de estas drogas están infectados por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH).

Críticadigital también consultó al Jefe del Departamento de Enfermedades Infecciosas del Hospital Muñiz, uno de los centros de salud más respetados en la materia, el doctor Jorge Benetucci, quien  expresó que “ese dato es un poco antiguo ya que los infectados de VIH entre usuarios de drogas introvenosas ha disminuido notoriamente. Puede ser que sí pueda compartirlo teniendo en cuenta viejos infectados, ya que hay una cantidad de personas que son ex consumidores que lo han hecho y contagiado a fines de los ´80 o en los ´90”, separándose así de las estadísticas que se le proporcionaron.

El doctor Pedro Cahn, que también preside la Fundación Huésped, advierte que “los índices aumentan también en personas que no usan drogas intravenosas, como paco, cocaína nasal o alcohol, que si bien no son drogas por las cuales una persona pueda infectarse directamente del virus, todos sabemos que con estas drogas encima el individuo pierde el control y como consecuencia no usan preservativos en las relaciones sexuales u olvida las prevenciones del caso” indicó el prestigioso médico quien fuera Presidente de la Sociedad Internacional de SIDA (IAS).

Este análisis es coincidente con el que nos proporciona el doctor Benetucci, quién va un poco más allá y considera que el grupo formado por “los heterosexuales son las personas que en este momento sufren el mayor número de infectados. No son consumidoras de drogas y cuentan con una vida sexual normal, es un grupo que piensa que no les puede pasar a ellos y se exponen al riesgo”, según su experiencia al frente del departamento de infecciosas del centro de salud municipal presencia “situaciones que muestran que hay una transmisión del virus muy preponderante en este sector y sobre todo en las mujeres, índice que aumentó y tiende a emparejarse con el de los varones que eran los más afectados en un primer momento”.

En los últimos diez años el número de países que registra casos de adictos a este tipo de sustancias intravenosos aumentó: en 1998 era de 129 -en 103 de ellos había contagios de VIH en esta tribu urbana- y en la actualidad es de 148, en 120 de los cuales hay casos de transmisión.

Estas son las conclusiones de un estudio llevado a cabo por la Universidad de Nuevo Gales del Sur (Australia) y expertos de la Organización de las Naciones Unidas, que muestra grandes diferencias entre países. La mayor correlación entre consumo de drogas inyectables y sida se da en el sureste de Asia, el este de Europa y Latinoamérica, donde hay mayor prevalencia de la enfermedad entre las personas adictas a estas sustancias.

Una de las regiones en donde la situación es crítica y desesperante es en Europa Oriental. Los países con índices más preocupantes son Estonia, donde el 72,1 por ciento de los adictos a estas drogas están contagiados, Ucrania, el 41,8 por ciento de los adictos tiene el virus y en Rusia el 37 por ciento.

LA AUSENCIA DE POLÍTICAS PÚBLICAS. En este punto los profesionales consultados por Criticadigital concuerdan en que una de las alternativas más importantes para impedir el aumento de estas cifras es la implementación de Políticas de Reducción de Daños.

El doctor Pedro Cahn le dijo a este medio que “faltan políticas públicas de reducción de daños” que posibilitarían la disminución de estos números. En este sentido Benetucci expuso que la política tiene “como primer medida asumir que la persona que se droga tiene una dependencia que no puede manejar, entonces hay que suministrarle jeringas descartables, para que use las propias para no compartirlas con nadie y así no contagiarse además de seguir concientizándolos para el uso de preservativos” y remarcó que “lo fundamental es armar algún tipo de conducta preventiva, armar una especie de escudo sanitario” reflexionó el médico del Hospital Muñiz.

“Se necesitan políticas públicas de reducción de daños en donde el adicto no sea tratado como un delincuente sino como un enfermo, para que el consumidor no debe ser perseguido. Con estas políticas se reducen los índices de infectados ya que el adicto se puede acercar a los centros de salud sin miedo a ser perseguido y en consecuencia se reducen las muertes asociadas gracias a estas estrategias de recuperación” explicó Cahn, una de las voces más calificadas del tema en nuestra sociedad.

Estas políticas de reducción del daños tienen como objetivo principal disminuir los efectos negativos del uso de drogas. Reducir la extensión de las enfermedades infecciosas y prevenir las muertes. Otro de los puntos fundamentales es el de aumentar el contacto de los usuarios de sustancias con servicios médicos y programas de tratamiento, y reducir el consumo de drogas en la calle. Todo esto asociado a la prevención, el tratamiento y el control de las enfermedades.

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