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CIELO Y TIERRA - ¿QUIÉN DIJO QUE TODO ESTÁ PERDIDO?

La deuda del país ya supera el nivel registrado en 2001 -- ¿No era que ya habíamos pagado lo que debíamos?

La deuda del país ya supera el nivel registrado en 2001

La mejora del superávit fiscal primario no alcanzó para evitar que la deuda pública aumentara un 6% en dólares el año pasado, el mismo alza que registró a lo largo de 2006, según datos de la Secretaría de Finanzas. Esta suba, que elevó el pasivo hasta los US$ 144.728,6 millones, habría sido aun mayor si el Gobierno hubiera sincerado la inflación en el Indec. Pese a este maquillaje, el stock de deuda actual, tanto en términos nominales como en porcentaje del PBI, es ya superior al de 2001.

La deuda era, en el último año del gobierno de Fernando de la Rúa, de US$ 144.222 millones, un 54% del PBI. La cifra actual equivale al 56%, el segundo más alto de la región y dos puntos por encima del valor del último año de la convertibilidad. Si se incluyen los títulos públicos en manos de los holdouts , el grupo de acreedores que optó por no cambiar sus títulos en cesación de pagos en el canje de la deuda de 2005, la cifra ascendería al 67%. Ambos valores incluyen la deuda impaga con el Club de París.

Con todo, existe una manera de ver esta carga como más liviana que antes. Ocurre si se mide la deuda en relación con las reservas del Banco Central o los ingresos generados por las exportaciones, que crecieron mucho más que la economía desde la salida del 1 a 1.

Medida en pesos, la deuda subió más el año pasado (un 9%) en relación con el año anterior, por la devaluación de la moneda local. Si, además, se descuentan los activos financieros del sector público, el incremento del stock de deuda neta fue aun mayor, del 11%. Una suma de factores, algunos vinculados con la política económica, otros con la economía local y otros con el contexto internacional, derivaron en el alza del pasivo del Estado:

Razones múltiples

  • Hubo un aumento de US$ 4579,8 millones por la inflación, debido a que una parte de la deuda pública se indexa por el Coeficiente de Estabilización de Referencia (CER), que se nutre de los datos oficiales de la inflación. Ese monto surgió a partir de la inflación que registra el cuestionado índice de precios al consumidor (IPC) del Indec. Según estimaciones plasmadas en un informe de la consultora Econométrica, si el Gobierno hubiera convalidado una inflación del 17% -el doble del dato oficial del área metropolitana- la deuda habría aumentado otros US$ 4800 millones. "El Gobierno al no indexar la deuda pública en pesos con la «verdadera» inflación no está evitando que la deuda aumente en términos reales, sino todo lo contrario: licua la deuda en términos reales", sostiene el informe.

 

  • El alza del gasto público, que el año pasado -con la suba de las jubilaciones, la moratoria previsional, la inversión en infraestructura y los subsidios- llegó al 46% y fue superior al de los ingresos, limitó la mejora del superávit fiscal primario, que alcanzó para cubrir el pago de intereses de la deuda, pero no para hacer frente a todas las amortizaciones del capital.



El Gobierno, por ende, debió emitir una nueva deuda para afrontar estos pagos. Parte de esos títulos fueron colocados en la cartera de inversiones de la Anses, para capitalizar el superávit de la seguridad social; en el Banco Central y, en menor medida, en otros entes no incluidos en el presupuesto, pero estatales, como la AFIP. Según la Secretaría de Finanzas, el Tesoro colocó deuda por US$ 1700 millones en el sector público el año pasado.

También hubo nuevas emisiones de títulos para pagar deudas con jubilados y proveedores -reconocidas por sentencias o acuerdos judiciales-, que se sumaron a las colocaciones de nuevos títulos en el mercado (principalmente, los Bonar) y las licitaciones directas al gobierno de Hugo Chávez (los Boden). Así, la diferencia entre las nuevas emisiones de deuda y las amortizaciones redundó en un aumento neto en el stock de deuda de US$ 2494,1 millones, según las cifras oficiales.

  • Algunos papeles de la deuda capitalizan una parte de los intereses, es decir, no se pagan, sino que se suman al capital del bono. La capitalización de intereses de los bonos Discount y Cuasipar, los préstamos garantizados y los Bocones elevó el pasivo en otros US$ 1088,3 millones. Los atrasos de intereses sumaron US$ 79,3 millones.

 

  • Los movimientos en la cotización de las monedas en las que están emitidos los títulos de la deuda -peso, dólar, euro y yen, principalmente- provocan ajustes en la valuación de estos papeles. La devaluación del peso reduce la deuda en dólares, pero la devaluación del dólar contra el euro, el yen, el franco suizo o alguna otra de las monedas en las que está nominada parte de la deuda, la eleva. El deterioro de la economía de los EE.UU. y la crisis global profundizaron el retroceso de la divisa verde el año pasado.



El Gobierno computó una reducción en la deuda de US$ 237,3 millones por los cambios en las cotizaciones. Un informe del Ieral, de la Fundación Mediterránea, sostiene, no obstante, que en 2007 la deuda subió US$ 1629 millones por el movimiento de las divisas.

Por Rafael Mathus Ruiz - de la Redacción de LA NACION

¿No era que ya habíamos pagado lo que debíamos?

No estamos como en 2001
Luis Corsiglia (Ex asesor financiero de Kirchner)

La deuda hay que mirarla en relación a las reservas y a las exportaciones. Si bien la deuda está en los mismos niveles de 2001 en términos absolutos y en porcentaje del PBI, la relación con las reservas, y por lo tanto, con la capacidad de pago, es sustancialmente diferente. Las reservas han aumentado a más de 50 mil millones de dólares. Netas de los pasivos del Central –Lebacs y Nobacs– las reservas suman aproximadamente 34 mil millones de dólares. Si mantenemos el superávit fiscal, podemos seguir mejorando y continuar el proceso de reducción de deuda, que el Gobierno comenzó con el canje de 2005 y que lamentablemente se interrumpió en los últimos años. Pero el nivel de deuda no es preocupante. El verdadero problema reside en las altas tasas de interés que enfrentaríamos si saliéramos al mercado de crédito internacional. Eso nos limita. Y mientras tengamos una parte de la deuda en incumplimiento de pagos, la situación va a continuar. Por eso, es muy importante que el Gobierno negocie con los holdouts y con el Club de París. Sólo entonces vamos a pagar tasas más razonables en dólares. La política de Brasil con respecto a su deuda es particularmente interesante. Brasil combinó un espectacular incremento de las reservas con un intercambio de deuda extranjera por deuda nacional. Con eso logró una relación reservas-deuda en dólares muy buena. Brasil es ahora mucho más fuerte y estable ante shocks externos, y con su tasa de interés real positiva (tasa Selic 11,25%; tasa de inflación 5%), atrae fuertemente las inversiones extranjeras. El proceso brasileño terminó con su calificación de “Grado de Inversión” (BBB-). Esto significa que la deuda neta externa es menor al 10% de los ingresos de la cuenta corriente. Otro factor fundamental del éxito brasileño es la continuidad en la dirección de las políticas económicas bajo un régimen de tipo de cambio flotante y metas de inflación. Ahora el mundo sabe que es seguro invertir allí. Algo no menor si consideramos que la fuente de la inflación en la Argentina es la insuficiente inversión, que deja a la oferta rezagada con respecto a la demanda. No se puede pensar que estemos frente a una situación como la de 2001, pues tenemos crecimiento de reservas, fuerte aumento de las exportaciones, aumento de precios en las commodities y superávit fiscal y comercial. Pero hay que ahorrar para enfrentar futuros vencimientos de deuda y tener un fondo de contingencia ante una eventual caída del precio de las comodities.

Hay más capacidad de pago
Daniel Marx (Ex negociador de la deuda)

La situación de la deuda hoy no es igual a la de 2001. Si bien hay algunos números que son muy parecidos, hay otros que son diferentes. Y todos importan. La primera y gran diferencia es la capacidad de pago. Con los precios internacionales altos como lo están hoy y la tasa de crecimiento que venimos convalidando, los números fiscales son holgados. El superávit nos da una capacidad de pago mucho mayor a la de 2001. Desde este ángulo, el nivel de deuda no representa el mismo riesgo que representó en el pasado. Un factor a tener en cuenta es la diferencia en los plazos y las tasas de interés que son mucho más cómodos que siete años atrás. Sin embargo, en estos momentos, también existen ciertas dificultades: un problema de acceso al financiamiento voluntario en términos que se condigan con estos datos. No creo que estén dadas las condiciones para llegar a una situación como la de 2001. La deuda es algo que está íntimamente relacionada con otras variables de posicionamiento y acciones en materia de políticas y de variables económicas. Es una consecuencia del desempeño y perspectivas anticipadas de la economía como un todo. Para su manejo, también importan, entre otros, cuestiones tales como las señales de estabilidad y mejoras en el funcionamiento efectivo de las instituciones, las políticas de anticipación de restricciones de mediano plazo y el hecho de enfrentar situaciones de controversias naturales con acreedores no resueltas. Lidiamos con este tipo de cuestiones que no estarían cambiando en el corto plazo. Ello redunda en un acceso al crédito mucho más limitado que otros “países emergentes” con situaciones fiscales y de vencimientos de deuda más comprometidos. Las tasas de interés resultantes para el sector público y privado de la Argentina son más altas. Pero la situación relativa a esos países, aun teniendo en cuenta un probable deterioro de las condiciones internacionales, es mejorable a lo largo del tiempo. Compararla con la crisis de 2001 es exagerado. La situación y los temas son distintos.

No hubo reducción de deuda
Mario Cafiero (Ex diputado)

Sorpresa y media: la tapa de los diarios nos informa que la deuda sigue vivita y coleando. Al leer esta noticia la mayoría de los argentinos seguramente se estará preguntando: ¿No se había cancelado toda la deuda? ¿No se había pagado, a lo macho, toda la deuda al FMI? ¿No se había logrado una histórica quita de la deuda? Parece que no fue así, que eran sólo anuncios y bravatas oficiales. Las malas noticias son contundentes: de acuerdo a las cifras oficiales (tan cosméticas como la inflación del INDEC) el stock de la deuda pública es de 144.000 millones de dólares y ya supera al existente antes del default de 2001. Y si hacemos las cuentas sin mentir, a la cifra oficial hay que sumarle 12.000 millones de dólares por deuda de capital (que Kirchner y Lavagna disfrazaron de intereses), 10.000 millones por el valor de los bonos atados al crecimiento (absurda cesión a los bonistas de Kirchner-Lavagna) y 30.000 millones de dólares de los bonistas que no entraron en el canje y que están en un “limbo” (ya que tampoco Kirchner-Lavagna lo repudiaron como deuda). Debemos más que en 2001 a pesar de que la gestión Kirchner lleva desembolsados más de 50.000 millones de dólares en pagos de la deuda pública. El problema de la deuda es el pésimo “arreglo” que hizo el actual gobierno, que no fue tal. Tampoco hubo un “ajuste” de ella, sino peor aún, un desajuste con la emisión de deuda contingente mediante las Unidades Ligadas al PBI, que crecen en forma geométrica año tras año, por la cual los prestamistas inescrupulosos pasaron a ser socios de nuestro crecimiento. Y tampoco hubo “conformidad”, ni por parte de los holds out, ni del Club de París, ni de los mercados financieros, etc. Fue el peor de los malos arreglos posibles, porque se quedó a mitad de camino entre una solución amistosa de mercado y una solución no voluntaria de Estado, como correspondía. Lamentablemente esta propuesta, donde había que auditar la deuda antes de renegociarla, no fue atendida. Ello hubiera permitido por ejemplo diferenciar la deuda contraída ilegalmente (como el megacanje de Cavallo de 2001); examinar si eran legítimas las millonarias compensaciones que recibieron los bancos (a pesar de su corresponsabilidad en el colapso de 2001) y también averiguar un dato simple: ¿a quiénes le debemos? Y por eso el problema sigue pendiente en forma agravado.

La situación es preocupante
Roque Fernández (Ex ministro de Economía)

La deuda actual es mayor a la de 2001, incluso es mayor de lo que se cree y de lo que publicó algún diario. La deuda de aquel año era una deuda total de que estaba alrededor de los 144.222 millones de dólares, lo que equivalía a un poco mas del 50 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI). Hoy la deuda supera el 60 por ciento. Por un lado tenemos la deuda que ya supera los 144.700 millones de dólares –56 por ciento del PBI–. Por otro, tenemos que sumar los 29 mil millones de deuda que se encuentra en default. Entonces, sí podremos comparar los niveles de deuda y comprobar que la deuda actual es bastante mayor. Otro problema es la deuda del Banco Central. Ésa no se computa como parte de la deuda externa, pero deberíamos considerarla para analizar el nivel neto de reservas. Sería erróneo defender la deuda actual diciendo que las divisas del Banco Central ascienden a 50 mil millones. Porque en realidad, el Banco Central debe 20 mil millones que corresponden a Letras y Notas del Banco Central (Lebac y Nobac) y a pases, que fueron emitidos precisamente para comprar divisas.

Desde esa perspectiva, la situación es preocupante. Siempre que la deuda argentina superó el 40 por ciento del PBI, el país entró en default –así le pasó a Alfonsín y en el 2001–. Si nos atenemos a las estadísticas de largo plazo en relación del PBI, aquí tenemos un llamado de atención. Además, el endeudamiento se da en un entorno de abundante liquidez, con tasas internacionales de interés muy bajas, que allanó el camino a los países emergentes como la Argentina para salir de sus crisis sin dificultades. La Argentina sumó mucha deuda, aun sin estar en condiciones de acceder a todo el beneficio de los créditos, por estar en default. La deuda creció, en gran parte, a raíz de las colocaciones en Venezuela, en las operaciones con Chávez. También por la repatriación de las AFJP. Se colocó nueva deuda con el ahorro de los jubilados que estaba puesto a seguro con riesgo argentino. Así, se logra traer 2.000 mil millones de dólares para financiar el vencimiento de la deuda 2008. La situación es preocupante.

Fuente: Crítica de Argentina

 

Cristina reconoció que hay inflación, pero le echó la culpa a empresarios

De modo indirecto, la Presidenta admitió el incremento de precios. "No niego que haya aumento" pero los del "mes pasado se deben al lock out del campo". Remarcó que “algunos empresarios que forman precios tiene conducta anti social”.

Cristina Fernández de Kirchner volvió al cuadrilátero para pegarle duro a la prensa pero en su discurso, en un acto realizado en la Casa Rosada, reconoció de modo indirecto y por primera vez que en el país existe inflación, por lo que culpó a los empresarios.

"Hay una presentación mediática incorrecta y falsa (de la inflación), aunque no niego que haya aumento de los precios", dijo la Presidenta y agregó que "los precios que se han registrado el mes pasado se deben al lock out del campo y a esta puja distributiva." Además, Cristina remarcó que “algunos empresarios que forman precios tiene una conducta anti social”.

La jefa de Estado defendió el cuestionado modo de medir instrumentado por el INDEC al comparar los aumentos con los países vecinos. "A la hora de medir el costo de vida, los números que muestran son muy inferiores a los que dan nuestros institutos", se quejó luego de comparar los mayores costos de los países limítrofes y los salarios inferiores con los argentinos.

Refiriéndose al Grupo Clarín, dijo que la televisión por cable “genera una de las mayores inflaciones, con una factura más alta que la del gas o la luz”, pero -agregó la mandataria– “de eso no se habla".

"Son ellos (los que manejan el servicio) los que hablan de inflación, cuando en realidad se están apropiando del salario de los argentinos”, disparó Cristina.

La jefa de Estado destacó que en los medios “lo bueno no merece ser publicado y se publican cosas que no son verdad”, en relación al artículo en el que ayer Clarín se refirió a los aumentos de las cuotas en los colegios privados. "Si les aumentan una cuota que no corresponde, hagan la denuncia y no la paguen", aconsejó Cristina.

“Estamos frente a la desinformación planificada y ocultar la información de todo lo que se hizo y todo lo que se está haciendo", aseveró la mandataria y agregó: "A veces, no estamos ante la publicación de una noticia que es mala, sino de una manipulación de la información, diría que para desinformar y preocupar a la gente."

El último informe de la Secretaría de Finanzas señala que la Argentina tiene obligaciones por 144.728 millones de dólares, equivalente al 56% del PBI. Los números oficiales indican que en los últimos dos años la deuda creció y que, medida en dólares, es mayor que durante la crisis que terminó con el gobierno de Fernando de la Rúa. Crítica de la Argentina consultó a expertos en el tema de todo el arco ideológico para saber si estamos mejor o peor que antes de Kirchner.

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